Tarjetas de visita. Las nuevas posibilidades del retrato fotográfico.

  

 Retrato de la infanta María Cristina de Borbón y, al lado el de una mujer filipina.
Retrato de la infanta María Cristina de Borbón y, al lado el de una mujer filipina.
El Museo del Ejército conserva una excelente colección de tarjetas de visita, formato fotográfico que revolucionó el panorama del retrato europeo, pero también facilitó las posibilidades de captar y mostrar a las sociedades lejanas mediante retratos definidos para y por el gusto occidental.

 

La tarjeta de visita o carte de visite, es un formato fotográfico para retratos de estudio de pequeño tamaño, no supera los 9 centímetros de altura por 5,5 cm de ancho, un modelo patentado en París en 1854 por el francés Adolphe Eugène Disdéri. Su aparición y desarrollo supuso una auténtica revolución en el campo del retrato individual, ya que frente al único ejemplar que ofrecían los anteriores procesos fotográficos, como el daguerrotipo o los ambrotipos, permitía obtener copias idénticas a través del negativo en una sola sesión. Ello abarató los costes, facilitó el posado y permitió que el retrato fotográfico se comercializara con rapidez, convirtiéndose los álbumes fotográficos en objetos esenciales en los hogares isabelinos españoles. Existió por tanto una amplia demanda, alimentada por un interés que no era nuevo, un gusto ya reconocible en los numerosos encargos de retratos pictóricos documentados en el periodo romántico. Sin embargo, la asequible posibilidad de captar y reproducir la imagen individual que ofrecía el formato de la carte de visite, respondió con rotundidad al interés inherente al individuo de permanecer y de ser visto, apreciado, e incluso admirado. De este modo, el desarrollo de la fotografía traerá consigo nuevas formas de percibir el entorno y a las personas. Desde la perspectiva social, marcará las modas, los gustos y las clases; desde el prisma colonial, su utilización permitirá además mostrar la realidad, matizada por un estudiado filtro, de los dominios de ultramar, de sus paisajes y especialmente de sus gentes, construyendo un imaginario visual moldeado al gusto occidental.

 

Mostramos dos ejemplos del uso y nuevas posibilidades ofrecidas por esta nueva manera de hacer retratos, dos imágenes de mujeres en contextos muy distintos, Europa y Filipinas. Nos referimos al retrato de María Cristina de Borbón y Borbón, infanta de España, realizado por Jean Laurent y la imagen de una mujer filipina, una mujer anónima captada dentro de la visión etnocéntrica y de curiosidad por lo exótico. Dos mujeres y dos contextos bien diferenciados, la primera dentro del gusto romántico del retrato, la segunda dentro del marco colonial, entendida como escaparate de muestra de los “otros”, hombres y mujeres ajenos al modelo, costumbres y manera de percibir occidental. Desde la perspectiva individual es interesante señalar la posición de ambas mujeres, la primera con un lugar en la sociedad, la segunda desconocida para el ojo europeo, teniendo su retrato un valor documental o descriptivo, pero carente de individualidad; ambas posan frente al objetivo, pero la sensación final del retrato estará estrechamente relacionada con la variable de pertenencia a uno u otro grupo y este elemento definirá la percepción de una y otra realidad. Casi nada será casual en este tipo de formatos fotográficos, el escenario, la indumentaria y el patrón de posado serán elementos cuidados y pensados. En el marco de la sociedad europea de finales del XIX se cuidarán los rincones elegidos para la instantánea, incluyendo elementos afines al gusto de la época, acompañando al propio vestir de la retratada objetos y mobiliario, tales como alfombras, sillones o bufetillos. Todo ello crea un ambiente burgués afín a la condición social del retratado, acentuando su valor de objeto preciado para mostrar a los demás, para ser visto. En el caso de los ejemplos de valor o interés antropológico, el protagonismo se centra en los “tipos”, siendo el resultado más rígido y estereotipado. La voluntad de los retratos europeos choca además con la falta de voluntad de los tomados en tierras lejanas, donde los actores no eligen ser retratados, convirtiéndose en objetos de estudio, análisis o difusión de lo exótico, lo lejano y aquello que despertaba curiosidad. El estudio de estos pequeños objetos nos ofrece por tanto distintos niveles de conocimiento, siendo un espejo del gusto de una época, de los patrones de representación y del interés humano de ser visto, pero también de captar aquello que nos diferencia, nos interesa y nos fascina.

 

María López Pérez

 

 

 

Imágenes

  • TARJETAS DE VISITA, LAS NUEVAS POSIBILIDADES DEL RETRATO FOTOGRÁFICO.

    Retrato de la infanta María Cristina de Borbón y, al lado, el de una mujer filipina.
    Retrato de la infanta María Cristina de Borbón y, al lado, el de una mujer filipina.