Un decimonónico retrato a ordenador

  

 Retrato textil de Amadeo I de Saboya. Museo del Ejército.
Retrato textil de Amadeo I de Saboya. Museo del Ejército.

Un decimonónico retrato a ordenador

 

Si anteriormente hemos hablado de la relación entre las invenciones de la fotografía y la bicicleta, en esta ocasión planteamos un ejemplo de cómo un decimonónico invento textil supuso una inspiración para el futuro mundo de la computación. En este artículo les mostramos un retrato de Amadeo I de Saboya, elegido por las Cortes para ocupar el trono español tras la Revolución de 1868, aunque su reinado fuese muy breve (apenas dos años entre 1871 y 1873).  Lo que sorprende de este retrato es que no se trata de una fotografía ni de un grabado, sino de un retrato textil, realizado en un telar. Debido a la fragilidad de la pieza, lo que ven en nuestra exposición es una copia. El original está custodiado en  los almacenes del Museo del Ejército para facilitar su conservación.

 

Los tejidos “artísticos”, como este retrato, están concebidos como cuadros y reproducen tanto retratos de personajes ilustres como escenas históricas o religiosas. Se trata de escenas trabajadas principalmente con uno de los inventos que revolucionaron el siglo: el jacquard.   En la mayoría de los casos están realizadas en seda, y las tonalidades empleadas suelen ser el blanco y negro, generando una amplia gama de grises que permite crear escenas muy precisas y complejas en el telar. La mayoría de estos tejidos se conservan en colecciones catalanas, donde se concentraban las fábricas, y son obras que marcan un momento clave de la transformación de la industria textil, que se acelera a pasos agigantados durante el siglo XIX. Muchos de estos cuadros están firmados con datos como el nombre de la empresa o autor, la fecha de fabricación o la escuela donde fueron proyectados, poniendo en valor su dificultad artística y técnica. En este caso se trata de una obra de Francesc Xavier Lluch i Gros, profesor de la Escuela Superior Industrial de Barcelona y de la Escuela Provincial de Artes y Oficios. Realizó sendos retratos de Isabel II y Amadeo I de Saboya, dibujados por él y fabricados por Eduard Reig. En 1871 el autor recibió por estas obras la encomienda de Isabel la Católica, y en 1877 se convertirá también en miembro de la Orden de Carlos III gracias a su retrato de Alfonso XII, encargado por el Colegio del Arte de la Seda de Barcelona. 

Pero...¿qué es exactamente el jacquard y cómo se consigue la precisión fotográfica de estos retratos? Patentado en 1804 por el francés Joseph Maria Jacquard,  el jacquard es un mecanismo aplicado a los telares que cambiaría los esquemas de la industria textil de la época. Es un sistema que consigue sustituir el trabajo manual del  asistente tejedor, que antes tenía que colocar a mano los hilos de la urdimbre cada vez que la lanzadera del telar recorría la trama. En lugar de este operario, el invento de Jacquard automatiza y acelera el proceso. Se trata de una tarjeta de cartón perforado que utiliza un sistema binario con el que se consigue que los hilos se coloquen siguiendo el patrón que  marque la tarjeta. Para cambiar de patrón o de dibujo basta cambiar la tarjeta, permitiendo “programar” el telar. De hecho, si se acercan al retrato verán que el dibujo generado tiene una apariencia que recuerda a los píxeles de nuestras imágenes actuales, aunque en este caso están constituidos por hilos. En el mismo siglo en el que se está produciendo la revolución de  la industria textil, la idea de las tarjetas perforadas de Jaqcuard sería adoptada por precursores de la informática como Charles Babbage, para su máquina analítica, o Herman Hollerith, quien la usaría en sus máquinas tabuladoras, dando así pequeñas puntadas hacia los ordenadores del futuro, cuyo remoto origen se puede buscar en los telares del siglo XIX.

 

María Moreno Rodríguez

 

Imágenes

  • MUSEO DEL EJÉRCITO

    Retrato textil. Amadeo I de Saboya. Museo del Ejército.
    Retrato textil. Amadeo I de Saboya. Museo del Ejército.