MUSEO EN LA VITRINA

  

 Velocípedos en Madrid. Foto atribuida a Fernando Debas, 1898.
Velocípedos en Madrid. Foto atribuida a Fernando Debas, 1898.
Dos nuevos modos de ver el mundo

¿En qué se parecen una cámara fotográfica y una bicicleta? A priori, en nada. Sin embargo, en esta fotografía del Museo del Ejército vemos a un grupo de distinguidos personajes que, trajeados y con bombines, montan en sus velocípedos. Tomada en la segunda mitad del siglo XIX, muestra uno de los modernos clubes ciclistas que empiezan a multiplicarse y a fotografiarse, aunque sus miembros aún pedalean sobre uno de los antecesores de la bicicleta. La imagen es una prueba gráfica de cómo la fotografía y la bicicleta se aliaron para ofrecer dos nuevos modos, cada vez más veloces, de ver el mundo.

A lo largo del siglo XIX distintos inventos irán acercándose a la bicicleta actual. En 1817, el alemán Karl Drais patenta la Laufmaschine (máquina de correr), también conocida como “draisina”. El artilugio llamó inmediatamente la atención del francés Nicéphore Niépce, padre de otro de los grandes inventos del momento: la fotografía. Mientras experimentaba con los primeros procesos fotográficos, en 1818 Niépce se fabricó su propio modelo de velocípedo, al que aportó perfeccionamientos como el asiento regulable.

Sin embargo, a los primeros velocípedos les faltaba algo fundamental: los pedales. No se incluyeron hasta los años sesenta del siglo XIX y se colocaron en la rueda delantera. Esto, sumado a las ruedas de madera cubiertas de hierro, llevó a que algunos llamasen a los velocípedos “rompehuesos”. Junto a los nuevos avances en las máquinas nacieron también las carreras. Se considera que la primera realizada fue en el Parque Saint-Cloud de París en 1868. Habrá que esperar hasta 1903 para el primer Tour de Francia.  Los años sesenta vieron también nuevas carrocerías más ligeras, realizadas completamente en metal. Esto hacía los velocípedos cada vez más fuertes y rápidos. Además, la invención de la rueda con radios de alambre, patentada por Eugène Meyer, dio lugar a modelos de velocípedos como los que vemos en la fotografía, con la rueda delantera mucho más grande que la trasera. Con ello se conseguía más velocidad y menos peso, pero también menos equilibrio, por lo que estos modelos fueron poco a poco remplazados por otros con las ruedas del mismo tamaño.  Además, si nos fijamos en el personaje del centro de la fotografía, veremos un modelo de tres ruedas, de los que también hubo varias versiones durante el siglo.

Esta fotografía está atribuida a Fernando Debas, fotógrafo francés establecido en Madrid en 1872 y conocido por sus imágenes de la familia real. En 1898, en colaboración con una empresa cinematográfica, Debas realizó una proyección de “cuadros cinematográficos” o “fotografías animadas”. Curiosamente, la actividad tuvo lugar en la sede del “Veloz Club”, situada en el número 15 de la calle de Alcalá. Era un club de recreo de la aristocracia madrileña, con afición por las carreras de caballos, el teatro, la esgrima... y la  moda de los velocípedos. De ahí que, tras la citada proyección cinematográfica, Fernando Debas pudiera tomar algunas fotografías, una de las cuales pudo ser la del club ciclista que conservamos en el museo.

A finales de la década de 1890, bicicletas y  fotografía incluso se llegaron a unir en un modelo de cámara fotográfica, la Cycle Poco Camera, publicitada como una cámara ideada específicamente para ciclistas. Una prueba más de que, durante el siglo XIX, tanto la fotografía como la bicicleta proporcionaron dos nuevos modos cada vez más veloces de ver el mundo. Un mundo que gracias a las bicicletas podía recorrerse más deprisa y que, además, empezaba a ser captado en imágenes con procesos fotográficos mucho más rápidos que los de principios de siglo.

Ahora que ya saben en qué se parecen una fotografía y una bicicleta, les invitamos a pasear al lado de la estatua de Bahamontes y a terminar su recorrido en la Sala de Fotografía del Museo del Ejército, donde  les esperan  nuestros velocipedistas decimonónicos. Permitimos la entrada con bombín, pero tendrán que dejar fuera la bicicleta.

María Moreno Rodríguez

 

Para comprender bien esta historia, ampliar al máximo la siguiente fotografía:

 

Imágenes

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    Velocípedos en Madrid. Foto atribuida a Fernando Debas, 1898.
    Velocípedos en Madrid. Foto atribuida a Fernando Debas, 1898.