El sable de Honor de Palarea "El médico"

  

 El sable de Palarea "El médico"
El sable de Palarea "El médico"

Es un arma de lujo regalada por la corona británica, a través del General Wellington, a uno de los principales guerrilleros españoles

Don Juan Palarea y Blanes nació en Murcia en 1780 en el seno de una familia acomodada, y tras realizar estudios eclesiásticos, decidió dar un giro a su futuro emprendiendo sus estudios de Medicina en Zaragoza gracias a una beca.

Tras no encontrar plaza en Zaragoza para desarrollar su carrera como médico, se desplazó a la corte en 1807. Donde llegó a participar en tertulias con lo más granado de la sociedad de la época, entre los cuales estaba el mismo Príncipe de Asturias, luego Fernando VII. Obtuvo poco después una plaza de médico en un pueblecito toledano, Villaluenga de la Sagra, donde ejerció unos años.

 

En julio de 1809, tras la invasión francesa que dio lugar a la Guerra de Independencia, Palarea, al frente de pequeño grupo de hombres costeados por él mismo, comienza su aventura guerrillera por el centro de la península. Sus numerosas acciones victoriosas le valieron el nombramiento a los pocos meses de alférez de Caballería y el reconocimiento de su partida por la Junta Central.

 

El Médico, siguió poniendo en jaque a las tropas francesas que encontraba, durante varios años, atacando y dificultando las comunicaciones francesas entre Madrid y el sur de la península. Hasta que fue integrado, en 1810, como parte del Ejército de la Izquierda, combatiendo como tal en la batalla de Talavera de la Reina. En 1811, y tras una nueva reorganización del Ejército, su partida pasó a ser conocido como Escuadrón de Húsares Franco-Numantinos con 668 hombres, nombrándosele para ello Teniente Coronel del ejército regular.

 

Ya como Coronel, y tras una dilatada carrera en el campo de batalla, participó en la batalla de los Arapiles, siendo decisiva la actuación de sus jinetes cortando las comunicaciones del Mariscal Marmont, quién estaba al frente de las fuerzas francesas.

 

Es en este punto, donde la historia y nuestro sable confluyen. El 25 de julio de 1812, tres dias después de la victoria de Arapiles, Wellington entrega varios sables de honor a tres guerrilleros españoles: El Empecinado, Julián Sánchez y a Palarea. A pesar de que es el Duque de Ciudad Rodrigo quien se lo impone, es en nombre del Príncipe Regente, el futuro Rey de Inglaterra, Jorge III, como prueba de su admiración, valor y constancia. Le fue entregado, curiosamente en la ciudad de Toledo, donde se encontraba como Gobernador Militar de la plaza.

 

El sable en cuestión es un modelo de lujo basado en el de caballería ligera inglesa 1796. El puño es de marfil cuadrillado con empuñadura dorada de estribo con guiavainas y decorada con motivos vegetales. La hoja es curva y está decorada con motivos vegetales y militares dorada parcialmente, y presenta el escudo de España también grabado. La vaina es metálica, y se encuentra decorada con grabados vegetales y militares, y además se encuentra dorada y pavonada en azul en diferentes secciones. Fue fabricado por el el armero londinense Richard Blachford, armero de la casa real británica. Este sable junto a otro de combate del mismo Palarea entraron al entonces Museo de Artillería en 1864.

 

Palarea, de ideas liberales, combatió a los Cien Mil Hijos de San Luis y posteriormente contra los carlistas en diferentes zonas de España, hasta su muerte, en extrañas circunstancias, mientras estaba preso en Cartagena en 1842.

 

Germán Dueñas Beraiz

Conservador Jefe del Departamento de Armas

 

Museo del Ejército

 

Imágenes

  • Museo en la vitrina

    El sable de Palarea
    El sable de Palarea
  • Museo en la vitrina

    Detalle del sable de Palarea
    Detalle del sable de Palarea