El día 8 de diciembre de 1585, durante la guerra en los Países Bajos, se produce un hecho insólito y considerado milagroso. Cuando las fuerzas del Tercio de Bobadilla se encuentran bloqueadas en terrible desventaja en la isla de Bommel por la escuadra del almirante Holak, al excavar una trinchera aparece una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Esa misma noche se hiela de forma insólita el rio Mosa y los españoles atacan sobre el hielo y consiguen una victoria aplastante que hace decir al almirante Holak: "Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro".
Es por este hecho, atribuido a la intervención de la Virgen Inmaculada, por el que posteriormente se la nombraría Patrona del Arma de Infantería, celebrándose su festividad en este día.
CREACIÓN DEL HIMNO DE INFANTERÍA.
En el patio de Carlos V del Alcázar de Toledo, sede de la Academia de Infantería, un orfeón compuesto de cincuenta Caballeros Cadetes, cantó por primera vez, el 8 de diciembre de 1808, el Himno de Infantería, compuesto por el alumno Don Fernando Díaz Giles, con letra de José y Jorge de la Cueva. Esta es una de las estrofas de este magnífico himno:
"De los que amor y vida te consagran
escucha, España, la canción guerrera,
canción que brota de almas que son tuyas,
de labios que han besado tu Bandera,
de pechos que esperaron anhelantes
besar la Cruz aquella
que forma con la enseña de la Patria
y el arma con que habían de defenderla".
Este mismo día se celebra, desde 1892, el Patronazgo de la Inmaculada Concepción en el Arma de Infantería.