17 de septiembre de 1497
TOMA DE MELILLA
Al atardecer del 17 de septiembre de 1497, una fuerza expedicionaria española, bajo las órdenes de Don PEDRO DE ESTOPIÑÁN, tomaba posesión de la plaza norteafricana de Melilla sin derramamiento de sangre.
Cuando llegaron los españoles, la ciudad estaba totalmente desierta y derruida por sus anteriores habitantes. Desembarcaron unas quinientas personas, algunos caballos, artillería y un grupo de gastadores.
De esta forma, los Reyes Católicos incorporaban esta plaza a la Corona de Castilla, convirtiéndose desde entonces en una parte entrañable de la actual España, cuya tierra ha sido regada con la sangre de nuestros mejores soldados, luchando sobre su suelo para preservar la integridad de este país.