Muere Alfonso XI de Castilla y León.

  

 Bolaño procedente de la conquista de Algeciras. Siglo XIV. Piedra labrada. Diámetro: 55 cm. Museo del Ejército.
Bolaño procedente de la conquista de Algeciras. Siglo XIV. Piedra labrada. Diámetro: 55 cm. Museo del Ejército.

27 de marzo de 1350

 

MUERE ALFONSO XI DE CASTILLA Y LEÓN, “EL JUSTICIERO”. (1312-1350)

El día 27 de marzo de 1350, y durante el sitio de Gibraltar, murió el Rey de Castilla y León, Alfonso XI, apodado “El Justiciero”. La terrible peste que asoló a toda Europa afectó también a su ejército, y acabó con su vida.

Fue un rey prudente y justo, bajo cuyo reinado se libraron importantes batallas contra los musulmanes. La más trascendental fue la que tuvo lugar a orillas del río Salado, en la que los musulmanes fueron vencidos en toda la línea.

Si la peste no hubiera puesto fin a su vida, es muy probable que hubiera llevado a buen término la conquista de Gibraltar, como había acontecido con Algeciras.

De su matrimonio con María de Portugal nació su sucesor, Pedro I, apodado “El Cruel” por los nobles y “El Justo” por el pueblo.

De su amante, Leonor Núñez de Guzmán, tuvo diez hijos ilegítimos. Uno de ellos, Enrique de Trastámara, emprendió una guerra civil (aliado con la nobleza, con Pedro IV de Aragón y hasta con el Papa) contra Pedro I, le traicionó y participó en su asesinato. Después de esto, le sucedió en el trono (Enrique II de Castilla).

 

 

MÁS DATOS SOBRE ALFONSO XI,   Y SOBRE LA IMPORTANTE BATALLA DEL SALADO:

Alfonso XI, apodado El Justiciero, nació en 1312 y era hijo de Fernando IV de Castilla y bisnieto de Alfonso X “el Sabio”. Pertenecía a la Casa de Borgoña.

Subió al trono a la edad de un año, por lo que la regencia recayó en su abuela, María de Molina. Ella se prestó voluntariamente para evitar una guerra civil, pues había poderosos nobles y familiares que se disputaban el trono.

La mayoría de edad le llegó a Alfonso a los 15 años.

Accedió al trono, resolvió los problemas y disputas para hacerse con la corona (puso tanto empeño en cortar radicalmente las revueltas, ambiciones, intrigas nobiliarias… que a causa de esto fue apodado “El Justiciero”).

Posteriormente se empeñó en una gran causa: llevar a cabo nuevas acciones de reconquista.

Quería dominar el Estrecho de Gibraltar, nexo de unión con África y la vía de penetración por la que habían entrado en la península Ibérica los musulmanes, desde el siglo VIII.

Consiguió reconquistar el reino de Algeciras.

La batalla más trascendental fue la que tuvo lugar a orillas del río Salado en 1340, en la que los Benimerines, nombre castellanizado que reciben los Banu Marin, miembros de un imperio de origen bereber zenata, cuyo núcleo principal estaba en el norte del actual Marruecos, sufrieron una gran derrota.

En 1340 un ejército benimerí cruzó el estrecho y sitió Tarifa. Ante este hecho, y dado que  Alfonso XI ya tenía en mente hacerse con el dominio de Gibraltar, el rey organizó y armó muy bien a su ejército, salió al encuentro de los musulmanes y los derrotó en una famosa batalla: la del río Salado (era un río de poco caudal, próximo a Algeciras).

El ejército de Alfonso XI, situado en la zona Oeste del río Salado, estaba apoyado por el de su suegro, Alfonso IV de Portugal. La corona de Aragón también colaboró con una flota de galeras, aunque éstas no llegaron a entrar en batalla. La vanguardia estaba formada por caballeros e infantes, dirigidos por varios nobles, que tenían la misión de cruzar el río Salado en el momento en que se iniciara el ataque y arrasar, hasta lograr la victoria. Un hecho muy importante en aquella época es que el papa  Benedicto XII promulgó la BULA "Exultamus in te", con lo que elevaba la Batalla del Salado a la categoría de CRUZADA contra el Islam. Esta noticia fue muy bien recibida por las tropas cristianas, pues de este modo tendrían derecho a beneficios espirituales y sobre todo económicos, ya que tendrían derecho a embolsarse parte de los impuestos eclesiásticos.

Al otro lado, en la zona Este del río Salado, hacia Levante, se encontraba el ejército de la dinastía benimerí (también llamada mariní), liderado por su rey Abu-I-Hassan de Marruecos, y las tropas de Yusuf I, rey de Granada. Fragmento de este momento histórico, obtenido de 'historia.nationalgeographic.com.es' :

"En los campos de Tarifa, entre dos mares, Alfonso XI desplegó toda su estrategia militar y su enorme talento en el campo de batalla, cultivado en la lectura de diferentes obras de su tío don Juan Manuel y en el anónimo Libro de Alexandre, un manual clásico del arte de la guerra sobre la vida de Alejandro Magno y los consejos de Aristóteles, publicado el siglo anterior. El ejército musulmán tenía fama de poseer los mejores jinetes, ligeros y rápidos como el viento del Estrecho, pero las tropas castellanas habían perfeccionado su armamento con espadas y armaduras de última generación.

Así, mientras la caballería ligera benimerín luchaba a cuerpo descubierto, con la única protección de un escudo de cuero (adarga) y la ayuda de una jabalina corta (azagaya) y una espada, el ejército de Alfonso XI presumía de ser más moderno, seguro y potente. Y tácticamente, mejor preparado.

Tanto los caballos como los soldados castellanos estaban protegidos con nuevas armaduras que cubrían todas las zonas vulnerables del cuerpo. Además, los caballeros iban equipados con lanzas largas para hacer más violenta la carga, aprovechando la inercia de la carrera, y blandían espadas puntiagudas ligeras, con cantos afilados por ambos lados, que empuñaban con una sola mano y con las que podían atravesar las viejas cotas de malla de los benimerines, ya en desuso entre los cristianos". 

Se cree que el ejército cristiano estaba formado por unos 22.000 hombres, y que el benimerín era muy superior. Los árabes eran muy ágiles jinetes, pero el ejército de Alfonso XI obedeció la orden de su rey: adelante, arrasar y no parar.

El combate comenzó hacia las diez de la mañana.   El ejército castellano cruzó el río Salado y embistió con tanta bravura al marroquí, que éste no pudo aguantar la fuerza de la caballería pesada y desarrollar su táctica favorita, el 'tornafuye', (fingir la huida con la idea de atraer al enemigo para desorganizarlo y a continuación revolverse y atacar con jabalinas y saetas).

Persecución implacable: hasta el atardecer lucharon los dos ejércitos cuerpo a cuerpo, a caballo, con hondas, lanzas, ballestas y arcos. La pelea se extendió por los cerros cercanos y la playa. Las tropas cristianas arrasaron el campamento de Abu-l-Hassán matando incluso a sus mujeres, entre ellas a Fátima, su favorita, y apoderándose de todas las riquezas. Esto disgustó muchísimo al rey castellano, quien ordenó perseguir a los saqueadores (quince o veinte) dentro y fuera del reino y que se devolviera el botín.

Para conmemorar la victoria en esta batalla, Alfonso XI de Castilla y León mandó ampliar el monasterio de Guadalupe.

 

 

 

 

 

 

Imágenes

  • BOLAÑO EN PIEDRA LABRADA

    Bolaño en piedra labrada procedente de la conquista de Algeciras. Siglo XIV. Diámetro: 55 cm. Museo del Ejército.
    Bolaño en piedra labrada procedente de la conquista de Algeciras. Siglo XIV. Diámetro: 55 cm. Museo del Ejército.