Antonelli, ingeniero del rey Felipe II. Parte II: Vida y empresas.
De la época de Felipe II, el museo del Ejército conserva entre sus tesoros bibliográficos una obra relevante en cuanto a tratadística militar, se trata del conocido como “Epitomi”, de Juan Bautista Antonelli. Repasamos hoy la vida y empresas (encargos reales) del ingeniero militar italiano, protagonista de excepción de una era de modernización militar hispana que se produjo en base a la atención prestada a los nuevos supuestos de tratadística en ingeniería militar y artillería, en combinación con la organización de tropas. Estos criterios práctico-científicos fueron sometidos a críticas, revisiones, interpretaciones y desarrollos, el mismo Antonelli clama por llevarlos a la práctica, y este espíritu conecta con el ímpetu imperial de llevarlo a cabo a través de una confianza máxima en dichas empresas, en dichos hombres.
Pero quién fue Antonelli, de dónde viene, por qué compendia magistralmente, como lo hace en materias clave para el desarrollo del imperio castellano en su época, qué hace en Toledo, por qué Felipe II le secunda y apoya en sus ideas y le faculta para llevarlas a cabo, llegando a decir de él que es “nuestro ingeniero” solo un año después de llegar a la capital del reino.
Su procedencia es italiana de Gatteo. Juan Bautista nació hacia 1527. Su vida militar comienza con Carlos I en 1551 en el teatro de operaciones de la guerra de Siena. Allí el joven Antonelli encontraría a dos de los más importantes arquitectos militares y tratadistas de la época: Pietro Cataneo, de Siena, y Giovan Battista Zanchi, de Pesaro. En 1554, año crucial para esa guerra, el primero de ellos publicó I primi quattro libri di architettura; y el segundo, el tratado Del modo di fortificare le città, ambos editados en Venecia. Falleció ese mismo año Giovan Battista Bellucci, que trabajaba en Toscana, uno de los más interesantes fortificadores y teóricos de la época. Por tanto, Cataneo, Zanchi y Belluci tuvieron gran influencia en la formación de las ideas teóricas y prácticas de Antonelli en la ingeniería militar y compartió con ellos intereses y saberes. Su influjo a tenor por los textos de Juan Bautista es palpable.
Ya con Felipe II participa en la batalla de San Quintín (1557). Tras la firma del tratado Câteau-Cambrésis (1559) que ponía fin a los enfrentamientos entre Francia y España, y permitió la desmovilización y retorno de la mayor parte de las tropas españolas habidas en escenarios europeos. Fue así como Antonelli llegó a Toledo, estableciéndose en esta ciudad en 1560, donde redacto la obra que le dio a conocer como ingeniero. Este hecho funcionó asimismo de imán que atrajo al resto de la familia y a la formación de una saga de ingenieros al servicio de la corona.
Pronto Juan Bautista deberá atender encargos reales en el sentido de diseñar un plan para la defensa de las costas españolas de los ataques de corsarios berberiscos y la amenaza otomana. Así fortificará el reino de Valencia y Murcia, destacando la defensa de la ciudad de Cartagena. Luego fueron Mazalquivir, Orán, Cádiz, Navarra, Guipúzcoa. En conjunto, sirvió al lado de los intereses de la monarquía hispánica tanto en el mediterráneo, península ibérica y finalmente en colonias. Se podría decir que intervino en la fortificación de tres continentes (Europa, África y América).
Destacamos a Antonelli por último, como ingeniero fluvial, como demuestra su ocupación en la preparación de la unión física con Portugal, haciendo navegable el Tajo entre Lisboa y Toledo, dicho proyecto de comunicación fluvial era clave en las relaciones económicas dentro de los dos reinos peninsulares, y, por tanto, de las pretensiones de Felipe II respecto a sus derechos dinásticos.
Respecto a su muerte fue en Toledo el 17 de marzo de 1588, no alcanzaba los 60 años de edad. En su testamento deja claro su visión exacta de lo que se es fruto de un incansable trabajo por demostrarlo: “engeniero militar”.
Images
-
"Epitomi", de Antonelli. FOTO: Museo del Ejército
"Epitomi", de Antonelli. FOTO: Museo del Ejército