No solo Musas

  

 Escultura Diosa Clio
Escultura Diosa Clio
Clío, musa de la Historia, da la bienvenida al visitante del Museo del Ejército. Su Historia, nuestra Historia, nos recuerda a héroes y heroínas, pasear por las salas del museo nos permitirá descubrir a estas protagonistas, a repensar el pasado y comprender el presente.

Hoy, día internacional de la Mujer, invitamos al lector a reflexionar en torno a las Musas. Su número varía en función de las diferentes tradiciones literarias, tres en un primer momento, más tarde nueve; todas ellas  inspiradoras del pensamiento, siempre mujeres, representadas en forma de diosas y codificadas por una concreta virtud. En el mundo griego, un museo era un espacio consagrado a las musas, hijas de la memoria (Mnemosyne) y diosas de la inspiración. Siglos más tarde, el museo actual pretende mantener esa esencia, ha cambiado la forma y se ha democratizado, pero el espacio-museo sigue buscando transmitir inspiración, despertar la curiosidad e invitar al conocimiento.

Clío, una de las nueve musas, da la bienvenida al visitante del Museo del Ejército, sentada solemnemente mientras sostiene un volumen de la Historia y un estilete, con el que anota lo relevante, lo que debe ser contado. Clío, musa de la Historia, dirige su mirada hacia el pasado, para registrar en el presente aquello que desea que sea recordado. Nuestra musa tiene además una estrecha relación con el Arma de Infantería y con la Historia e España y de su Ejército, en concreto con los héroes y heroínas de la Guerra de la Independencia de 1808. El segoviano Aniceto Marinas (1866-1953), envió este boceto al Museo de Artillería en 1913, molde en escayola patinada en bronce,  de la pieza en mármol blanco que acompaña al “Monumento al Dos de Mayo”, conjunto que realizó para los jardines del Alcazar de Segovia en 1908. La pose de la figura y el cuidado en la definición del detalle, especialmente el vestido clásico y la corona de laurel sobre su cabeza, nos acercan al lenguaje clasicista del autor, reflejando la fuerte carga simbólica de “la que ofrece gloria”, inspirando y constatando la veracidad del pasado. El sentimiento clásico es evidente, pero también cierto espíritu romántico, reflejado en la indiscutible belleza e incluso femineidad de la figura, un carácter que queda velado por la monumentalidad y rotundidad del conjunto. Este elemento refuerza el atractivo de la pieza y  el concepto atemporal de Clío.

La relación de las musas con el mundo masculino es inevitable: ellas, bellas y dulces, inspiraban a la creatividad de los hombres, siendo ellos los creadores, los que hacían Historia. Invitamos al lector a cuestionar el papel que el imaginario tradicional nos ha legado, porque hoy, es indiscutible que Clío “inspiró” a hombres y mujeres y que su volumen de la Historia comparte protagonistas. Un paseo por las salas del Museo nos permitirá reconocer a algunas de las mujeres de nuestra historia: heroínas, como Agustina de Aragón o Manuela Malasaña, reinas, como Isabel la Católica o Isabel II, regentes, como María Cristina de Borbón o Victoria Eugenia de Battenberg, escritoras, como Emilia Pardo Bazán y tantas más, anónimas pero presentes. Ellas forman parte de nuestra Historia y ocupan un lugar privilegiado en los folios que simbólicamente escribe Clío en su libro inacabado. Mujeres que fueron parte y tomaron parte, asumiendo el poder, la dirección y la toma de decisiones. Desde esta perspectiva, la mujer inspira, registra y protagoniza la historia; dentro del imaginario contemporáneo todas ellas se transforman en inspiradoras y protagonistas de nuestro pasado, todas ellas demuestran que, tal y como nos recordó Virginia Woolf, “No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que (se) pueda imponer a la libertad de mi (nuestra) mente”.

Y así Clío seguirá dándonos la bienvenida a la visita por nuestra Historia, mirando al pasado pero con perspectiva de futuro, impasible, pero sin perder el rumbo. Hoy debemos seguir “poniendo luz en la batalla”,“de bellum luce”, como recordara doña Emilia Pardo Bazán en su correspondencia, porque la mujer en la historia no ha sido sólo musa, los relatos de Clío nos han permitido conocer mucho más de nuestro pasado, y  de este modo, sin sesgar el conocimiento, enriquecer nuestro futuro.

María López Pérez