Reproducción de indumentaria de piquero de Infantería del siglo XVI.

  

 Maniquí. Reproducción de indumentaria de piquero de Infantería del siglo XVI. Museo del Ejército.
Maniquí. Reproducción de indumentaria de piquero de Infantería del siglo XVI. Museo del Ejército.
La pieza que hoy les presentamos forma parte de la propia historia del Museo del Ejército, ya que  es uno de los ejemplares de una colección de maniquís que se realizaron para el Museo de Infantería en 1912.

 

TEXTO: El objetivo de la creación de estos maniquís era representar la evolución del uniforme de Infantería a lo largo de la Historia y enseñárselo de esta forma a los nuevos cadetes. El encargo se le realizó a José María Florit y Arizcun, conservador de la Real Armería en ese momento, quien para este maniquí se basó en la representación de piqueros de 1534 que aparece en el “Álbum de la Infantería española” del Conde de Clonard (1861). Florit encargó la mayor parte de los maniquís a la Casa Ribalta (cuya etiqueta aparece en diferentes partes de éstos), quienes realizaron los cuerpos en cartón piedra y las cabezas de este material y escayola. Cada cabeza es diferente, ya que al parecer se basaron en retratos (fotografías, pinturas…) de personajes reales. Los ojos se realizaron en vidrio para darles mayor realismo. El mismo Florit recorrió gran cantidad de almonedas para buscar piezas originales, encargando a costureras la realización de los uniformes de los que no disponía y aprovechando piezas que encontró para otros, por lo que algunos de estos maniquís mezclan piezas reales con reproducciones, y aparecen “errores” en algunas de las uniformidades.

 

Este maniquí en concreto representa a un piquero de Infantería del siglo XVI. Los Tercios fueron creados por Carlos I de España tras la reforma del Ejército de 1534, teniendo su implantación legal en las Ordenanzas de Génova de 1536, aunque su origen lo encontramos en época de los Reyes Católicos, bajo el mando del Gran Capitán en las campañas italianas. Se trataba de una unidad de infantería, formada por voluntarios profesionales (hombres jóvenes y sanos no menores de veinte años), lo cual suponía una innovación frente a las levas y mercenarios de períodos anteriores, y en uso en otros países europeos. Acabaron convirtiéndose en una pieza fundamental en los conflictos militares de los siglos XVI y XVII. Estaban compuestos de las siguientes formaciones: los lanceros o piqueros de primera línea, muy eficaces en campo abierto, y capaces de frenar ataques o favorecer huidas; los rodeleros, que portaban rodela y espada y eran una formación de segunda línea; y los arcabuceros o mosqueteros, situados en las mangas (laterales) de la formación o en formación separada.

Las picas fueron unas de las armas más representativas de Los Tercios. Tenían una envergadura entre cuatro y seis metros (excepto las semipicas, de menor longitud y reservadas para las primeras filas y tercios embarcados), y un peso de unos cinco kilos. Estaban realizadas preferentemente en fresno vizcaíno. Los piqueros se dividían en “picas armadas”, que ocupaban las primeras filas y llevaban más protección; y “picas secas”, en siguientes filas, con menor protección y menor experiencia en combate.

En cuanto a los uniformes, no será hasta el siglo XVII cuando se reglamentará un color concreto para las casacas de algunos Tercios. Los piqueros no solían llevar casaca. Su indumentaria era la clásica de los soldados, sin apenas variaciones hasta el siglo XVIII cuando se reglamentaron los uniformes militares. Se componía de zapatos, calzas con medias, dos camisas y jubón. Como elementos defensivos llevaban generalmente morrión, peto y espaldar.

                               Beatriz Jiménez Bermejo

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  • Maniquí

    Indumentaria piquero de Infantería. Siglo XVI. Museo del Ejército.
    Indumentaria piquero de Infantería. Siglo XVI. Museo del Ejército.