El álbum es un objeto absolutamente romántico, un libro con folios en blanco para ser recorridos por autógrafos, pensamientos, confidencias, poemas, dibujos o fotografías; el soporte ideal para responder a la inquietud de una sociedad en continua efervescencia, la sociedad del siglo XIX. Dentro de la curiosa colección que reunió Antonio Romero Ortiz (Santiago de Compostela, 1822 - Madrid, 1884), visitable en la sala del Museo del Ejército que lleva su nombre, no sólo encontramos objetos físicos, su perfil recolector también le llevó a participar de un gusto de su época, el de "guardar" ideas o pensamientos en un álbum. Su libro, introducido como: "Pensamientos dedicados por hombres ilustres Antonio Romero Ortiz 1881”, guarda la etiqueta del fabricante Mon Passement de Bayona, localidad situada al sur de Francia e inmediata a Biarritz, e identifica su contenido en el folio cuatro, bajo el título: "aveux confidentiels". Este subtítulo nos recuerda la popularidad que adquirieron los cuestionarios en el ambiente romántico de finales del siglo XIX, entendidos como juegos de salón que planteaban la respuesta por escrito a ciertas preguntas de carácter personal; este álbum responde a esa tipología, presentando, en los folios pares, veinticuatro preguntas impresas para ser respondidas por el usuario, aunque en nuestro caso no encontramos respuestas íntimas de salón, si no planteamientos literarios y/o políticos de personalidades de la élite intelectual del momento. Ninguno de los firmantes contesta a todas las cuestiones, sólo a una, seleccionada y respondida mediante una reflexión personal. El cuestionario queda por tanto inacabado, pero tiene un alto valor documental y plantea una interesante lectura sociológica a todos los niveles.
Responden al cuestionario: Francisco Serrano (1810-1885), José María de Pereda (1833-1906), Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897), Victor Balaguer (1824-1901), Emilio Castelar (1832-1899), Juan Bautista Topete (1821-1885), Gaspar Núñez de Arce (1832-1903), Estanislao Figueras (1819-1882), Benito Pérez Galdós (1843-1920) y por último una mujer, doña Emilia Pardo Bazán (1851-1921). Nos sorprende la presencia de una mujer en un libro de y para hombres, pero Pardo Bazán había traspasado la barrera del ambiente femenino de contacto y entretenimiento del salón burgués, había conquistado un espacio tradicionalmente masculino, era partícipe de las tertulias y encuentros literarios del ambiente intelectual de su entorno. Su reflexión y su autógrafo en este libro, serán reflejo de su personalidad y de su voz feminista y comprometida por la libertad colectiva de las mujeres en el ejercicio de la literatura y de cualquier actividad intelectual, en igualdad de condiciones, sin pautas ni barreras.
Ella responde en La Coruña (abril de 1884) y selecciona la pregunta sobre cuál es su ocupación favorita, responde lo siguiente: "Los y las que me obligan a olvidar su procedencia, causándome toda la ilusión de la realidad y moviéndome a pensar que existieron o existen, pongo por ejemplo, Otelo, Sancho, lady Macbeth. Después de estos y estas, me agradan los que no pareciéndose a lo real consiguen a veces que lo real quiera parecérseles. Verbigracia, don Juan Tenorio, Werther y Lelia". En su respuesta demuestra su carácter ilustrado y sus inquietudes estéticas, utilizando los folios en blanco de este libro para plantear el activo debate Naturalismo versus Realismo y la asimilación del movimiento francés en España, un debate en el que tuvo mucho que aportar.
“De bellum luce” (la luz en la batalla), el lema que encabezó el papel de la correspondencia de doña Emilia Pardo Bazán, está presente simbólicamente en este "objeto de colección", ella guarda su confidencia junto a la de algunos hombres ilustres, conquistando este espacio-soporte para mostrar sus pensamientos intelectuales; una batalla conquistada que refleja su lucha frente a una sociedad que no estaba preparada para ella, una mujer y escritora, una mujer ilustrada y absolutamente moderna.
María López Pérez