18 de junio de 1897. Muere en un hospital de Matanzas (Cuba) ELOY GONZALO, "HÉROE DE CASCORRO".- HISTORIA DE ESTE HÉROE Y DEL HECHO HISTÓRICO:

  

 Escultura de Eloy Gonzalo, "HÉROE DE CASCORRO". Museo del Ejército.
Escultura de Eloy Gonzalo, "HÉROE DE CASCORRO". Museo del Ejército.

18 de junio de 1897

126 aniversario de la muerte de ELOY GONZALO, “HÉROE DE CASCORRO”.

 

 

El día 18 de junio de 1897 murió en un hospital de Matanzas (Cuba)  Eloy Gonzalo García, “HÉROE DE CASCORRO”.

 

 

El 26 de septiembre del año anterior, Máximo Gómez, al frente de más de cinco mil insurrectos con abundante caballería y tres piezas de artillería, atacó el poblado de Cascorro, defendido por ciento setenta hombres del Regimiento de Infantería de María Cristina núm. 63.

 

La superioridad del enemigo se vio acentuada por el dominio que sobre el reducto español ejercía una casa cercana ocupada por el enemigo.

 

El soldado Eloy Gonzalo se ofreció voluntario para hacer una salida e incendiarla, para lo cual tomó una lata de petróleo y se arrastró hasta la casa señalada, a la que consiguió prender fuego, haciendo huir a los insurrectos.

 

Posteriormente fue recogido por sus camaradas, gracias a una cuerda que había llevado amarrada a la cintura, al objeto de que no quedara su cadáver en el campo enemigo en caso de resultar herido o muerto.

 

PARA SABER MÁS:

 

Guerra de Cuba (Guerra de la independencia cubana).- 1895-1898.

La Guerra de independencia de Cuba (también conocida como Guerra de Cuba, Guerra de 1895 o Guerra Necesaria) fue el último conflicto armado entre España y los mambises o separatistas cubanos y puso fin a la soberanía española en la isla. El conflicto se inició el 24 de febrero de 1895 con un levantamiento simultáneo de treinta y cinco localidades cubanas, el llamado Grito de Baire, y finalizó el 12 de agosto de 1898, tras la entrada de Estados Unidos en el conflicto y la consiguiente derrota española. Fue denominada en España como la «Guerra de Cuba» mientras que José Martí la llamó «Guerra Necesaria».

 

 

Eloy Gonzalo, el héroe de Cascorro

Existe un curioso dicho en español que reza "tener más mili que Cascorro". Pero ¿qué significa? Pues hace referencia a la historia de un soldado que luchó en la guerra de Cuba, Eloy Gonzalo García, y que se convirtió en un héroe nacional sin pretenderlo cuando protagonizó una misión prácticamente suicida para salvar a su guarnición acantonada en la población cubana de Cascorro.

 

Seguramente deben de ser muy pocos los madrileños que cuando pasean por el viejo Madrid, justo donde empieza el famoso mercado del Rastro, y llegan hasta la plaza de Cascorro, donde se alza la estatua de un personaje llamado Eloy Gonzalo García, saben quién fue este soldado del siglo XIX y qué hizo para merecer tal distinción. Tal vez ahora Gonzalo no resulte muy conocido y la gente pase junto a su monumento sin apenas fijarse, pero lo que sí es seguro es que todos aquellos que vivieron y participaron en la guerra de Cuba lo conocieron bien y, a pesar de que la isla se acabó perdiendo, la hazaña que protagonizó Eloy Gonzalo fue ampliamente reconocida y él se convirtió en un héroe en la España de su época.

¿Por qué la plaza recibe el nombre de "CASCORRO", el personaje de la escultura que se encuentra  allí? La explicación es la siguiente: la Corporación Municipal, bajo la presidencia de Alberto Aguilera, acordó el 20 de octubre de 1897 inmortalizarle como héroe y propuso la erección de un monumento. Se convocó un concurso al año siguiente, que ganó Aniceto Marinas. El acto de su inauguración se incluyó entre los fastos que se organizaron para celebrar la jura de bandera del rey Alfonso XIII, quién lo inauguró el 5 de junio de 1902. La estatua fue fundida en Barcelona, en la casa Masriera y Campins. La popularidad del héroe llevó a modificar la denominación de la plaza, entonces llamada de Nicolás Salmerón, pues enseguida empezó a citarse por todos los madrileños como “de Cascorro”, por lo que en 1913 el Ayuntamiento procedió oficialmente a cambiarlo
 

 

Abandonado en una fría noche:

Eloy Gonzalo nació el 1 de diciembre de 1868, en lo más crudo del invierno, en la ciudad de Madrid. Nada más nacer, el pequeño fue dejado en la inclusa de la calle Mesón de Paredes, en el bullicioso barrio de Lavapiés, una institución benéfica en la que se acogía a niños abandonados, huérfanos o con padres que no podían hacerse cargo de ellos. Entre sus pobres ropas, el recién nacido llevaba una nota en la que podía leerse: "Este niño nació a las seis de la mañana. Está sin bautizar y rogamos que le ponga por nombre Eloy Gonzalo García, hijo legítimo de Luisa García, soltera, natural de Peñafiel. Abuelos maternos, Santiago y Vicenta". Las monjas encargadas de esa institución de caridad encontraron a un ama de cría llamada Braulia Miguel, que cuidó del niño hasta que éste cumplió los once años, edad en la que los acogidos debían dejar el centro y tenían que buscarse la vida lo mejor que podían.

 

 

Gonzalo, al que se ha descrito como un joven de pelo castaño, ojos azules y metro setenta y cinco de estatura, trabajó como peón de albañil, jornalero y aprendiz de barbero, hasta que en 1889 se alistó en el Regimiento de Dragones de Lusitania, donde alcanzó el rango de cabo en tan solo dos años. Pero pronto las cosas se torcieron. Según algunos registros militares de la época, el joven fue sometido a un consejo de guerra acusado de amenazar con una pistola a un oficial superior al que, al parecer, descubrió en la cama con su prometida. Gonzalo fue condenado a doce años de prisión en Valladolid, pero apenas cumplió dos meses. En agosto de 1895, Las Cortes Generales aprobaron una ley de amnistía para todos aquellos presos que estuvieran dispuestos a luchar en la última fase de la guerra de Cuba. Y Gonzalo estaba más que dispuesto. Hizo una petición al ministro de la Guerra, en la que solicitaba "limpiar su honra, derramando la sangre por la patria". De este modo, se acogió a la nueva ley y, tras un lento proceso burocrático, el 25 de noviembre de 1895 embarcó en el puerto de La Coruña con destino a La Habana.

 

 

Horas críticas:

Una vez en la isla, y tras sufrir un brote agudo de sarna, Gonzalo fue destinado a una guarnición que estaba al mando del capitán Francisco Neila, en la localidad de Cascorro, muy cerca de la población cubana de Camagüey, situada en el centro de la isla. Según comenta el escritor norteamericano John Lawrence Tone en su obra "Guerra y genocidio en Cuba", 1895-1898, aquel era el lugar perfecto para que Gonzalo "expiase" su delito. Cuenta el historiador:  "Cascorro (el enclave) era indefendible, y el Ejército español nunca debería haber intentado conservarlo. El comandante supremo en Cuba, el capitán general Valeriano Weyler, que llegaría a ser conocido por el público americano como El Carnicero, admite en sus memorias que este enclave carecía de importancia militar, además de ser un objetivo muy fácil para los insurrectos cubanos".

 

 

La situación de la guarnición española en Cascorro no podía ser peor: disponía de tan sólo 170 hombres frente a los 2.000 efectivos del Ejercito Liberador. Con esa desventaja, el 22 de septiembre de 1896 los españoles tuvieron que hacer frente al fuego de los obuses y a un estrecho cerco que duró trece días. Consciente de su superioridad, el general cubano Calixto García puso las condiciones para la rendición de la guarnición española, condiciones que el capitán Francisco Neila se negó en redondo a aceptar. A  pesar de la puntería demostrada por los soldados españoles con sus fusiles, los obuses cubanos seguían cayendo sin cesar sobre ellos, convirtiendo la situación de los sitiados en insostenible. Fue entonces cuando el capitán Neila solicitó la presencia de un voluntario para llevar a cabo un plan desesperado.

 

 

El héroe de Cascorro

Ni corto ni perezoso, Gonzalo levantó la mano para presentarse voluntario para la misión, aunque puso una única condición: tenían que atarle con una cuerda larga para que, cuando le mataran (porque estaba convencido de que así sería), sus compañeros pudiesen rescatar su cuerpo sin vida. El plan consistía en adentrarse en las líneas enemigas y prender fuego a un edificio cercano a la posición española y que hacia peligrar la defensa del fortín. Así pues, el 5 de octubre, y amparado en la oscuridad de la noche, Gonzalo, armado con un fusil Mauser, una lata de petróleo, unas cerillas y con muy pocas esperanzas de cumplir con éxito su cometido, partió en lo que para todos era una misión suicida. En el fortín todos estaba pendientes de la cuerda que llevaba atada Gonzalo, hasta que de pronto vieron cómo las llamas crecían y empezaban a devorar el edificio que era el objetivo de la misión. ¡Lo había conseguido!   Posteriormente, un poco malherido y magullado tras su intervención, fue recogido por sus camaradas gracias a la cuerda que había llevado amarrada a la cintura. Esta cuerda se la amarró él mismo por si fracasaba, al objeto de que no quedara su cadáver en campo enemigo en caso de ser muerto.
 

La resistencia aún duraría varios días más, hasta el 6 de octubre, cuando Cascorro fue liberada. Gonzalo pasó a ser, de este modo, un héroe nacional. La revista Blanco y Negro en su edición del 30 de enero de 1897 decía de él: "Es, sin duda, el soldado que más popularidad ha alcanzado en la presente guerra. Compendian en él la heroicidad y la bravura de los defensores de Cascorro".

 

Eloy Gonzalo García fue condecorado y recibió todos los parabienes posibles en un telegrama que fue enviado a La Habana a través de la compañía The International Ocean Telegraph y que aún se conserva en el Archivo Militar General de Segovia. A partir de ese momento, Gonzalo tomó parte activa en otras muchas operaciones más en la región cubana de Matanzas, colaborando en misiones cuyo objetivo era reducir los últimos reductos rebeldes. Sería en el hospital de esa localidad donde Eloy Gonzalo murió el 18 de junio de 1897 víctima de una dolencia intestinal, una de las muchas y mortales enfermedades que contrajeron en Cuba los soldados españoles durante la última fase de una guerra que ya estaba perdida.

 

Como ya hemos visto, Eloy Gonzalo murió en un hospital de Matanzas (Cuba) el 18 de junio de 1897 (seis meses después de haber protagonizado la hazaña)a causa de una infección intestinal (enterocolitis ulcerosa-gangrenosa).

 

En 1898 sus restos fueron traídos a Madrid por orden de la reina María Cristina, para ser depositados en el Panteón de Hombres Ilustres. Mientras se autorizaba su ubicación entre los hombres ilustres, fue enterrado en la Almudena, en donde finalmente se le dejó descansar.

 

Y   PARA  SABER  AÚN  MÁS:

¿Por qué no se supo nada de Eloy Gonzalo hasta su muerte, 1 año después?

En su artículo, Alex Niño, analiza la síntesis que Juan Pando realizó sobre este soldado dejando estas fantásticas líneas que responden muchas preguntas sobre la vida de Eloy tras Cascorro:
 
La gloria le reportó poco. Weiler, capitán general en La Habana, no le perdonó su condición de ex convicto, y la mayor gloria, la Laureada, se la llevó el capitán Neilla, que según el historiador (Pando) no había pegado un solo tiro aquella noche.

Eloy tuvo que conformarse con la cruz de plata al Mérito Militar. «La historia tiene así dos héroes, el verdadero y el oficial.  Es el pueblo, prosigue Pando,  «el que le ha hecho justicia. Cascorro es querido, mientras que de Neila ya nadie se acuerda».

La condecoración, junto con un machete, el Mauser, retratos, 150 cartuchos y 3,80 pesos, eran todas sus pertenencias al morir. Eso y una exigua pensión de 7,5 pesetas mensuales que, 11 años después de muerto, reclamó Gabriela Alvaro, una segoviana de Prádena de Sepúlveda, alegando ser su hermana.

Ciento cinco folios de investigación judicial desvelaron la verdad: el hermano de Gabriela, Hermenegildo Álvaro, había asistido al cerco de Cascorro y a su vuelta alardeó ante sus paisanos de ser el protagonista de la hazaña.

Cerrado el expediente por fin, Eloy  "Cascorro"  pudo descansar en paz.

 

 

FUENTES:

National Geographic

elretohistorico.com

 

Images

  • Eloy Gonzalo, "HÉROE DE CASCORRO". Escultura. Museo del Ejército.

    Eloy Gonzalo, "HÉROE DE CASCORRO". Escultura. Museo del Ejército.
    Eloy Gonzalo, "HÉROE DE CASCORRO". Escultura. Museo del Ejército.
  • Escultura del héroe Eloy Gonzalo (CASCORRO), en la plaza de Cascorro, Madrid.

    Escultura del héroe Eloy Gonzalo (CASCORRO), en la plaza de Cascorro, Madrid.
    Escultura del héroe Eloy Gonzalo (CASCORRO), en la plaza de Cascorro, Madrid.
  • Placa que da nombre a la plaza de Cascorro, en Madrid.

    Placa que da nombre a la plaza de Cascorro, en Madrid.
    Placa que da nombre a la plaza de Cascorro, en Madrid.