20 de abril de 1483. Sitio de la ciudad de Lucena, y posterior batalla.
20 DE ABRIL DE 1483
SITIO DE LA CIUDAD DE LUCENA
Un potente ejército musulmán mandado por Boabdil, en el que figuraba Alí-Atar, el mejor Capitán de los musulmanes, jefe de la caballería abencerraje, sitió la ciudad cordobesa de Lucena el 20 de abril de 1483.
Después comenzó la batalla de Lucena, en la que los castellanos obtuvieron un resonante triunfo, e hicieron prisionero a Boabdil “El Chico”, al tiempo que sucumbía en el combate Alí-Atar.
El rey de Granada había realizado este movimiento bélico para ganar territorio en la ciudad cordobesa, y también quería demostrar que era tan buen guerrero o mejor que su padre, Muley Hacén, pero no tuvo éxito y acabó cayendo en manos del reino de Castilla. Solamente fue liberado a cambio de territorio del reino de Granada, consiguiendo la reina Isabel plazas muy importantes para lograr, al fin, el derrocamiento del reino Nazarí en 1492.
PARA SABER MÁS:
La batalla de Lucena fue un duro combate en el que se enfrentaron las fuerzas cristianas de la Corona de Castilla y las musulmanas del Reino Nazarí de Granada. Tuvo lugar en el mes de abril del año 1483, en el transcurso de la guerra de Granada. Durante el mismo, las fuerzas cristianas capturaron a Boabdil el Chico.
La batalla se libró muy cerca de la ciudad de Lucena, en la provincia de Córdoba, al sur de la sierra de Aras. El origen de la batalla fue la pretensión de Boabdil el Chico de tomar Lucena y realizar una razia de castigo contra los cristianos (una “razia” es una incursión en territorio enemigo para saquear o destruir, generalmente se realiza como estrategia militar para desconcertar al enemigo o menguar sus recursos), para emular la victoria que había conseguido su competidor, El Zagal, que derrotó a las fuerzas cristianas en la Axerquía. El Reino de Granada vivía en aquellos momentos un grave conflicto interno entre los partidarios del sultán Muley Hacén y los que apoyaban a su hijo Boabdil.
Boabdil puso sitio a Lucena el 20 de abril de 1483 con ayuda de su suegro, Alí-Atar, alcaide de Loja, conocedor de las tierras del sur de Córdoba y gran adalid de los nazaríes en cuanto a razias contra los cristianos.
Boabdil dispuso su ejército en dirección noroeste para evitar ser cogidos por sorpresa por el ejército castellano; sin embargo, al ver que eran superados en número se retiraron a las afueras de la ciudad, donde comenzó la batalla como tal.
Captura de Boabdil:
En el curso de la batalla, las fuerzas musulmanas huyeron en desbandada. Alí-Atar, suegro de Boabdil, murió en batalla y Boabdil intentó escapar, pero su caballo quedó atascado en el fango y tuvo que esconderse entre la vegetación. No obstante, un peón de infantería lo redujo y los soldados dedujeron que se trataba de alguien importante por su vestimenta (se conserva y está expuesta al público en el Museo del Ejército), lo que hizo posible que los cristianos capturaran a Boabdil, que fue llevado prisionero al castillo de Lucena, donde fue encarcelado en la torre del castillo, conocida desde entonces como Torre de Boabdil.
Las espadas, vestimenta y zapatos del rey Boabdil llegó a manos castellanas tras su derrota y posterior encarcelamiento tras la batalla de Lucena en 1483. Los Reyes Católicos entregaron la espada y demás bienes a los vencedores de dicho enfrentamiento, especialmente a las distintas ramas de los Fernández de Córdoba (Diego Fernández de Córdoba, conde de Cabra), que conservaron sus pertenencias en el palacio de Viana. No obstante, la I marquesa de Viana donará las piezas a la Corona. Actualmente se conservan en el Museo del Ejército de Toledo.
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LA BATALLA DE LUCENA
Espada Jineta de Boabdil "El Chico". Museo del Ejército -
1. BATALLA DE LUCENA
Marlota, zapatos y espada de Boabdil "El Chico". Museo del Ejército.