- Inicio
- UNIDADES
- Zaragoza
- Academia General Militar
- Actos y Ceremonias
- Entrega de Bandera de Percha
MENÚ UNIDAD
UNIDADES DEL EJÉRCITO
- Araba Álava |
- Albacete |
- Alicante |
- Almería |
- Asturias |
- Ávila |
- Badajoz |
- Barcelona |
- Burgos |
- Cáceres |
- Cádiz |
- Cantabria |
- Castellón |
- Ceuta |
- Ciudad Real |
- Córdoba |
- A Coruña |
- Cuenca |
- Girona |
- Granada |
- Guadalajara |
- Gipuzkoa |
- Huelva |
- Huesca |
- Islas Baleares |
- Jaén |
- León |
- Lleida |
- Lugo |
- Madrid |
- Málaga |
- Melilla |
- Murcia |
- Navarra |
- Ourense |
- Palencia |
- Las Palmas |
- Pontevedra |
- La Rioja |
- Salamanca |
- Segovia |
- Sevilla |
- Soria |
- Tarragona |
- Santa Cruz de Tenerife |
- Teruel |
- Toledo |
- Valencia |
- Valladolid |
- Bizkaia |
- Zamora |
- Zaragoza
Actos y Ceremonias
Entrega de Bandera de Percha
La Academia General Militar ha recuperado una antigua tradición: la entrega de Bandera de Percha. Cada año desde 2010, normalmente en el mes de octubre, se realiza este sencillo acto en el que todo el personal de nueva incorporación, desde el General Director hasta el último componente de la Academia, recibe de su mando de Unidad este símbolo de pertenencia a la misma.
La bandera de percha o de mochila era aquella que entre mediados del siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII, se le entregaba como dotación a cada soldado para servir de cobertor de sus pertenencias y equipo y que éste colocaba en una especie de percha o repisa sobre su cama, en una época en que no existían taquillas o armarios. De esta manera, el dormitorio ganaba en presentación.
Formación en el Patio de Armas para la entrega de la Bandera de Percha
En campaña, la bandera se llevaba guardada en la mochila y, desplegada adecuadamente, se empleaba para señalizar la conquista de un objetivo, como señal de identificación entre las unidades que combatían próximas y para alertar a las unidades de los flancos y a la artillería propia.
El soldado, una vez licenciado, se la quedaba como recuerdo de su Unidad y de su pertenencia a ella, siendo testimonio de su vida militar cumplida. Era costumbre muy generalizada que la familia del licenciado colgara en alguna ventana o balcón de su casa la bandera del recién llegado, indicando así a sus vecinos que su hijo o hermano había cumplido con su obligación y regresado felizmente. Esta bandera engalanó las casas de los pueblos y ciudades españolas los días festivos, permaneciendo todavía esta tradición en muchos hogares españoles.
Cadetes de reciente ingreso reciben la Bandera de Percha
Finalmente, y como última y sublime función, la bandera de percha se utilizaba para rendir un último honor a los caídos en combate, cuyos cuerpos tomaban sepultura envueltos en su propia bandera nacional, como corresponde a quienes han dado su vida por España. Fue en la guerra de África donde realmente se hizo romántica esta prenda recogiéndolo así el cancionero militar: “… sólo quiero que me entierren con la Bandera de España…” (aunque parece ser que la letra original era “… sólo quiero que me entierren con mi Bandera de España…”.
Sus medidas eran de 60 x 80 o de 75 x 90 cm. Solían llevar el Escudo Nacional y el nombre de la Unidad colocado en paralelo a las franjas. Estaba confeccionada en tela ligera, de mala calidad textil, con cordones en sus extremos para ser atada. Su color al principio fue rojo, aunque luego se generalizó con los colores nacionales. Carecía de flecos y sólo tenía colores por una cara, traspasando a la otra la impresión.
La bandera de mochila se dejó de usar por nuestro Ejército en el año 1927.