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Noticias
miércoles 3 de julio de 2013
Número: 005
ACOME 2013
EJERCICIO DE COMBATE EN ALTA MONTAÑA DEL BATALLÓN “MONTEJURRA” II/66
“Si eres capaz de luchar y sobrevivir en las extremas condiciones de la alta montaña, entonces eres capaz de combatir y vencer, en cualquier parte del mundo”
Del 21al 27de junio, las Compañías de Cazadores y la de Mando y Apoyo del Batallón de Cazadores de Montaña II/66, encuadrado en el Regimiento “América” 66 de guarnición en Berrioplano (Navarra), han llevado a cabo el ejercicio tipo “Alfa” de combate en montaña estival. En busca del más exigente de los terrenos, la alta montaña, se desplazaron a valles del Pirineo Central tan emblemáticos como los de Ordesa, Tena y Alto Ara. Durante seis intensas jornadas, las unidades del “Montejurra” combinaron la aplicación de técnicas específicas de vida y movimiento, con ascensiones y travesías de dificultad, con la ejecución de ejercicios tácticos hasta nivel Compañía. La ejecución simultánea de estos ejercicios por parte de las distintas compañías, permite rentabilizar los gastos de transporte y locomoción, posibilitan los apoyos mutuos e incrementan el nivel de seguridad y protección de la fuerza.
Las propias exigencias del terreno, junto con el aislamiento y la descentralización características de las operaciones en montaña, imponen una total autonomía logística del combatiente que ha de llevar sobre sí todo lo necesario para sobrevivir y cumplir la misión. Además, el soldado de montaña se ve enfrentado a situaciones de riesgo real e inmediato, en las que los errores son severamente sancionados. El concepto de valor, pasa de ser un concepto abstracto, alcanzando su verdadera dimensión.
Todo ello hace imprescindible, además de toda la formación y preparación de cualquier soldado de Infantería, una detallada instrucción montañera, una excelente forma física y, sobre todo, una moral a prueba de las más altas exigencias. Seguramente esto explica el porqué las unidades de montaña son polivalentes por definición así como el excelente rendimiento que de los cazadores se obtiene en todo tipo de terreno y situación.
A cambio de tanto esfuerzo, la montaña ofrece la posibilidad de saborear el triunfo sobre las propias limitaciones, pues como dice un viejo adagio montañero.
“No es la montaña a la que vencemos, sino a nosotros mismos”