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martes 2 de abril de 2013

Número: 2013040201

Paso Procesional Semana Santa en Fuerteventura

Saliendo del Acto. Puerto Rosario

Saliendo del Acto. Puerto Rosario

La Virgen del Rosario, en el momento del encuentro

La Virgen del Rosario, en el momento del encuentro

Cantando La Muerte no es el final

Cantando La Muerte no es el final

El pasado 27 de marzo del presente año nuevamente se pudo disfrutar de una bellísima imagen en las calles de Puerto del Rosario. Se trata de la procesión llevada a cabo por los componentes del SORIA 9 que, con entusiasmo, ondeaban sobre sus brazos a “Nuestro Jesús Nazareno”, y el “Cristo de la Buena Muerte”, una joya heredada por los antecesores legionarios que aquí residieron como todos podemos recordar.

El piquete estaba compuesto por la Escuadra de Gastadores, Banda de Guerra, y una sección del Batallón Fuerteventura que cerraba a retaguardia al grupo de penitentes formados por las “Damas de la Inmaculada” y a la cofradía del “Tercio de La Sangre”.

El itinerario recorrido fue corto pero intenso, saliendo desde el Cuerpo de Guardia del Acuartelamiento Puerto del Rosario, caída ya la noche, dirigiéndose hacia la parroquia de “Nuestra Señora del Rosario”, donde se produciría el encierro. Las calles estaban repletas de un caluroso público, que ansiaba ver a un Jesús Nazareno viviendo su calvario, portando su cruz, y a ese Cristo de la Buena Muerte yaciendo en su cruz.

Cientos de personas fueron testigos de la pasión de Jesús revivida en tan sólo cientos de metros, continuando con el canto de “La Muerte no es el Final”, momento en el que militares y civiles se aunaron en una sola voz, y finalizando con esos calurosos aplausos de agradecimiento por el Miércoles Santo vivido en una primaveral noche majorera.

Llegados a la plaza “Roque Calero”, se produjo el esperado encuentro entre Jesús Nazareno y la Virgen donde se vivió un emocionante momento en el que, además de unirse en la procesión autoridades civiles y militares, una gran masa de personas seguían a la Virgen del Rosario.

A continuación se reinició la procesión que llevaba hacia la parroquia subiendo la calle León y Castillo, entrando por su puerta lateral, donde el acto procesional finalizó, con el encierro de Madre e hijo crucificado.

Por último se realizó el desfile del piquete desde la calle Secundino Alonso y continuando por la calle León y Castillo pasando a realizar los honores correspondientes a la autoridad militar que presidió el acto en su cruce con la calle Primero de Mayo.