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lunes 15 de julio de 2013

Número: 01

DESPEDIDA DE UN SOLDADO EJEMPLAR

01. El Sdo. Quevedo besando la Bandera del Soria

01. El Sdo. Quevedo besando la Bandera del Soria

02. Firmando el Libro de Despedidas

02. Firmando el Libro de Despedidas

03. El Sdo. Quevedo recibe un obsequio de su Batallón

03. El Sdo. Quevedo recibe un obsequio de su Batallón

El pasado viernes 12 de julio el RIL Soria nº 9 despidió con todos los honores al soldado D. Abián Quevedo Santana, quien cesó en el destino como consecuencia del inicio de expediente por pérdida de aptitud psicofísica debido a las heridas sufridas en Afganistán.
Perteneciente al 6º Ciclo del año 2009, el soldado Quevedo se incorporó al RIL Soria nº 9 el 9 de diciembre del mismo año. Sus extraordinarias cualidades para el tiro no pasaron inadvertidas para su Jefe de Sección, que rápidamente le seleccionó para su equipo de tiradores de precisión, primero como observador y posteriormente como tirador de Accuracy. Además de su casi innata habilidad para el tiro de precisión, este soldado reunía unas excelentes condiciones físicas y humanas, destacando por su lealtad, abnegación, competencia, ejemplaridad y espíritu de compañerismo y  que le hicieron ganarse, en muy poco tiempo, la confianza de sus superiores y el cariño de sus compañeros. Como prueba de su lealtad, cabe mencionar que apenas dos meses antes de partir para Afganistán y ante la grave enfermedad que sufría su padre, su Jefe de Sección le propuso relevarle del puesto, recibiendo una negativa por parte del soldado Quevedo, ya que no quería abandonar a su unidad ni a sus compañeros. Previamente había pedido la baja en el curso de la E.S.O. que se realizaba en el Acto. Puerto del Rosario para poder participar en la misión.
Finalmente fue enviado a Afganistán en abril del 2011, formando parte del contingente ASPFOR XXVIII, con el puesto táctico de tirador de Accuracy de la III Sc de la 1ª Cía de Maniobra, destacada en la COP de Ludina. Durante los dos meses que permaneció en zona de operaciones, desempeñó sus cometidos con eficacia, diligencia y valor, tanto en la seguridad de la mencionada COP, como en las diferentes patrullas de reconocimiento en las que participó. Además, hizo gala  de una extraordinaria simpatía y sentido del humor, incluso en los momentos más difíciles, lo que contribuyó a elevar la moral de sus compañeros.
El 18 de junio del 2011, durante parte de una patrulla de reconocimiento por la ruta Lithium, el vehículo LMV en el que viajaba,  sufrió un ataque IED, a consecuencia del cual resultó herido, con fracturas múltiples en ambas piernas. A pesar de las heridas sufridas y de haber observado como su Jefe de Sección y la conductora del vehículo resultaban mutilados por la explosión, el soldado Quevedo mantuvo la serenidad en todo momento, intentó ayudar a sus compañeros, pero las fracturas de sus piernas le impedían mantenerse en pie, por lo que se alejó del vehículo reptando, insistió en que socorrieran a sus los otros heridos antes que a él y aguardó pacientemente a que el personal de la célula de estabilización pudiera atenderle.
Tras su evacuación a territorio nacional, vinieron varios meses de convalecencia. Desde el momento en que pudo volver a caminar intentó siempre ir más allá, consiguió volver a correr a pesar del intenso dolor que sufría, trabajó diariamente para recuperar las condiciones físicas de antes del atentado, se esforzó en seguir siendo ese soldado ejemplar. Sin embargo, algunas de las secuelas de las heridas sufridas se habían hecho crónicas y tras dos años de baja médica, el inicio de expediente por falta de aptitud psicofísica ha provocado su cese en el destino. No obstante, y a pesar de la brevedad del mismo, su paso por el “Soria” no será olvidado, ya que permanecerá en el recuerdo y en el corazón de los que tuvieron el privilegio de servir con él. Muchas gracias por tu ejemplo, soldado Quevedo.