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Palabras del General de Ejército Amador Enseñat y Berea en su toma de posesión como General Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra

martes 19 de octubre de 2021

Número: 01

 Sra. Ministra, Autoridades civiles y militares, General de Ejército Javier Varela, Oficiales Generales, Oficiales, Suboficiales, militares de tropa, personal civil, queridos familiares y amigos, señoras y señores.

 
Tras manifestar mi lealtad a Su Majestad el Rey y mi compromiso con nuestra Constitución, mis primeras palabras son de agradecimiento a la Sra. Ministra por haber propuesto al Consejo de Ministros mi nombramiento como Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra con la consiguiente promoción al empleo de General de Ejército.
 
Agradecimiento también a todos los que han sido mis jefes, compañeros y, especialmente, mis subordinados que, a lo largo de mi carrera, me han apoyado y han hecho posible que llegase este momento.
 
Agradecimiento y recuerdo a mi padre, Amador, coronel de Artillería, y a mi tío y padrino, Fernando, coronel de Infantería y legionario, ambos ya fallecidos, y al resto de mis parientes militares, que supieron transmitirme, con su ejemplo y amor a la milicia, la vocación castrense.
 
Agradecimiento a mi madre, María Luisa, y al resto de mi familia, de la que tanto he recibido y sigo recibiendo, a mis compañeros y amigos que han querido y podido acompañarme en este acto y, a los que no estando presentes, les habría gustado asistir.
 
Sra. Ministra, la lealtad, ilusión, compromiso y responsabilidad que declaré en mi toma de posesión como su Director de Gabinete Técnico no sólo siguen inalterables, sino que se han acrecentado tras casi dos años de haber servido a España a sus órdenes directas y haber confiado en mí para desempeñar nuevas y más exigentes responsabilidades.
 
Ser sucesor del General de Ejército Javier Varela supone un enorme desafío pero también una reconfortante garantía. Enorme desafío, pues será muy difícil, mi general, estar a la altura de tu liderazgo, impulso y buen hacer. Durante tu mandato, las Unidades del Ejército de Tierra han participado eficazmente, al mando del Jefe de Estado Mayor de la Defensa, en las operaciones de nuestras Fuerzas Armadas, en el exterior y en territorio nacional, entre ellas las operaciones Balmis y Misión Baluarte en la lucha contra la COVID-19, pero también, al margen de la estructura operativa de las Fuerzas Armadas, apoyando la actuación de las Autoridades Civiles ante las crisis migratorias en el archipiélago canario, Ceuta y Melilla o acogiendo personas vulnerables desde los primeros momentos de la erupción volcánica en la Isla de la Palma, además de reforzar las capacidades de la Unidad Militar de Emergencias para mitigar los efectos de la tormenta Filomena en las Comunidades Autónomas de Madrid y Castilla la Mancha.
 
Reconfortante garantía, porque los cuatro años y medio que has ejercido la jefatura del Ejército de Tierra han supuesto una indudable transformación y modernización de su organización y capacidades. Transformación y modernización sobre las que habremos de proseguir construyendo el “Ejército 2035”, ese Ejército de Tierra que España necesita, moderno, equilibrado, sostenible, que emprenda la tan necesaria transformación digital, centrado en la preparación de la Fuerza para aportar a la estructura operativa de las Fuerzas Armadas las capacidades con las que realizar con éxito las operaciones militares que se determinen.
 
Soy un convencido de que, como indica la Ley Orgánica de la Defensa Nacional, las Fuerzas Armadas constituyen una entidad única concebida como un conjunto integrador de las formas de acción específicas de los Ejércitos y la Armada. Por ello, sólo cabe un camino a seguir cada día: lograr la máxima integración con los órganos directivos del Ministerio de Defensa, el Estado Mayor de la Defensa, la Armada y el Ejército del Aire, firmemente persuadidos que, cuando se pone lealtad, honestidad y voluntad en el empeño, la sinergia siempre produce un resultado netamente superior al de la simple suma.
 
El Ejército de Tierra es una Institución de larga trayectoria. No se puede entender su presente sin su pasado. Hemos recibido un legado de los que nos antecedieron en el cumplimiento del deber, que merecen nuestro homenaje y recuerdo. Pero el Ejército de Tierra de hoy ha de mirar al futuro, perseverando en poner de manifiesto nuestros valores tradicionales que, sin ser exclusivo patrimonio militar, son imprescindibles en nuestra profesión, comprometidos individual y colectivamente con la sociedad española, de la que formamos parte y a la que orgullosamente servimos, cumpliendo nuestras misiones y cometidos a las órdenes del Gobierno de la Nación bajo una estricta neutralidad política y partidista.
 
Permítame, Sra. Ministra, que me dirija durante unos breves momentos a los miembros del Ejército de Tierra para esbozar unos criterios generales que puedan servir de guía en estos iniciales momentos.
 
No debe quedar duda alguna de que la preparación de la Fuerza es el cometido principal del Ejército de Tierra como parte de la estructura orgánica de las Fuerzas Armadas. Nuestro afán ha de ser lograr la máxima disponibilidad y capacidad operativa de los Cuarteles Generales y Unidades de combate, apoyo al combate y apoyo logístico al combate; entre estas últimas, las de la sanidad militar operativa.
 
Ha de ser nuestra primera responsabilidad generar, preparar y sostener los contingentes que participan las operaciones que nuestras Fuerzas Armadas llevan a cabo tanto en el exterior como dentro del territorio nacional. A todos los componentes del Ejército que, alejados de sus hogares y seres queridos, están cumpliendo su misión en pro de la seguridad y defensa de nuestra Patria, les envío mi reconocimiento, gratitud y cariño.
 
Nuestros hombres y mujeres han de ser nuestra prioridad, sólo después del cumplimiento de la misión. Continuaremos llevando a cabo una eficiente gestión de personal basada en los principios constitucionales de mérito y capacidad, favoreciendo la igualdad de oportunidades, la promoción interna, el desarrollo profesional, que además de satisfacer las necesidades del Ejército facilite la reinserción laboral, el apoyo al personal, la mejora de la calidad de vida en las Bases y Acuartelamientos y la puesta en práctica de medidas que faciliten la conciliación entre la vida familiar y el desempeño profesional, como medio de promover una igualdad efectiva entre los hombres y mujeres que visten nuestro uniforme.
 
Por haberla vivido y conocido, creo en la potencialidad del Mando de Adiestramiento y Doctrina como gestor del conocimiento, apoyo a la preparación y motor de la transformación de nuestro Ejército. La integración de todas las funciones del apoyo a la preparación bajo un mismo Mando ha sido, en mi opinión, un acierto de un pasado ya no tan reciente. Enseñanza e instrucción y adiestramiento son dos caras de la misma moneda. La instrucción y el adiestramiento nos preparan para la victoria en el presente, la enseñanza y la investigación nos aseguran seguir venciendo en el futuro.
 
Junto a la ingente tarea de equipar y mantener en estado operativo el armamento, vehículos y material de las Unidades, Centros y Organismos de nuestro Ejército, nuestra logística de alto nivel afronta dos retos considerables: el desarrollo e incorporación del vehículo de combate sobre ruedas 8x8 Dragón y la construcción y puesta en marcha de la Base Logística “General de Ejército Javier Varela”. A ellos deberemos dedicar gran parte de nuestro esfuerzo intelectual y material.
 
El mantenimiento de la infraestructura existente y la construcción de nueva planta habrán de dar prioridad al mantenimiento de la capacidad operativa y al funcionamiento de los servicios esenciales. 
 
A lo dicho debemos añadir nuestro compromiso de gestionar con la mayor eficiencia posible los recursos presupuestarios que los ciudadanos, a través de las Cortes Generales, ponen a nuestra disposición en una coyuntura económica complicada.
 
Para afrontar los retos que he reseñado, tengo la suerte de no estar solo. Me apoyará personalmente mi Gabinete y, en mi acción de mando, el Estado Mayor del Ejército, al mando del Teniente General Segundo JEME Carlos Palacios Zaforteza, un excepcional militar con una muy sólida formación intelectual y una inigualable experiencia profesional en Cuarteles Generales y Unidades Operativas. No habría podido tener mejor colaborador. Sustituirá al Teniente General Miguel Martin Bernardi, quien de forma sobresaliente ha acompañado y apoyado al General de Ejército Varela durante casi todo su mandato y del que vamos a poder seguir contando con su esencial asesoramiento.
 
Sra. Ministra, muchos e importantes son los retos pero también son grandes la ilusión, el compromiso y la responsabilidad de los que formamos parte del Ejército.
 
El Ejército de Tierra permanece a sus órdenes al servicio de España.