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Los valores en el Ejército de Tierra

Esta publicación está dirigida a todos los miembros del Ejército de Tierra, sin distinción de empleos, cuerpos, escalas, especialidades, funciones u otras categorías internas. Responde a una directriz del Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME) para definir los valores fundamentales del Ejército de Tierra, contribuyendo de esta forma a conocerlos mejor, a identificarse con ellos y a fomentar su práctica.

Todos los seres humanos somos portadores de valores; los valores guían nuestra conducta y nos ayudan a establecer prioridades, a tomar decisiones especialmente en momentos de incertidumbre o en situaciones difíciles y, en el caso del militar, debiendo en los lances dudosos elegir el más digno de su espíritu y honor.

Valores, actitudes y conductas están estrechamente relacionados. Cuando hablamos de actitud nos referimos a la disposición de actuar en cualquier momento, de acuerdo con nuestras creencias,sentimientos y valores. Las actitudes se educan y fortalecen mediante la formación y la práctica habitual.

Los valores se expresan mediante pensamientos, conceptos o ideas, pero lo más importante es cómo lo manifiestan las personas en su comportamiento. Una persona valiosa es aquella que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Cada persona vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive.

Los valores son también parte fundamental de la cultura de cualquier sociedad y de toda organización. En una organización, los valores son el marco del comportamiento que deben tener sus miembros y dependen de la naturaleza y misión de la organización, de sus objetivos y de su visión del futuro. Estos valores facilitan la integración y adhesión de los nuevos miembros y refuerzan la convivencia, la cohesión y el compromiso de todos sus componentes.

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Amor a la patria
Amor a la patria

El amor a la Patria o patriotismo es el profundo sentimiento de querer a España y el orgullo de formar parte de ella, de su pueblo, territorio, historia, cultura y proyecto común. Es expresión de respeto y aceptación de la herencia recibida. Manifiesta el reconocimiento a los que nos precedieron en la construcción de nuestra nación.

Constituye el valor fundamental del militar porque en él se basa su vocación.

compañerismo
Compañerismo

Compromiso que impulsa a entregarse mutuamente, con generosidad y desinterés en beneficio del compañero.

El compañerismo es uno de los pilares en la relación entre militares, que va más allá del empleo y la jerarquía. Se forja en el trabajo diario, se fortalece en las vivencias de la unidad, ejercicios, servicios y operaciones, y se consagra en el combate.

Se fundamenta sobre una comunidad de vida, intereses, aspiraciones e ideales que une a todos aquellos que pertenecen al Ejército, formando una sola familia. Facilita la integración de sus miembros en la vida militar y constituye un factor vital para asegurar la cohesión de las unidades.

disciplina
Disciplina

Asumir y practicar racionalmente, por sentido del deber, las reglas del Ejército, para garantizar el cumplimiento de la misión.

La disciplina es, en primer lugar, la disposición del militar para obedecer con diligencia y exactitud las órdenes de sus superiores.

Al mismo tiempo, la disciplina obliga al que imparte las órdenes a mandar con firmeza y responsabilidad, asumiendo las consecuencias de sus decisiones, velando por la moral y la seguridad de sus subordinados y siendo él mismo modelo de disciplina.

ejemplaridad
Ejemplaridad

Es el resultado de una conducta íntegra, que supone actuar conforme a las reglas, normas y principios que rigen la institución militar, así como a las reglas de convivencia cívica. Cada uno de los miembros del Ejército debe aspirar a ser tenido como modelo de soldado y ciudadano.

España necesita que sus soldados sean ejemplares. Para lograrlo, cada uno debe dar lo mejor de sí mismo, en el servicio o fuera de él, porque el militar siempre “viste de uniforme”.

La obligación y la voluntad de ser ejemplares estimularán el cultivo de todos los valores humanos y el cumplimiento exacto de todos los deberes profesionales y cívicos. Esta conducta no está movida por el deseo de reconocimiento o de recompensa. Su verdadero motor son el honor y el espíritu de servicio.

espìritu de sacrificio
Espiritu de sacrificio

Disposición que impulsa a aceptar sin reservas y con ejemplaridad las penalidades y privaciones que implica el cumplimiento del deber y, si preciso fuera, la entrega de la propia vida, por amor a la Patria y en servicio a los demás.

El espíritu de sacrificio antepone el cumplimiento del deber a las comodidades, los intereses y las aspiraciones personales. Educa al militar en la austeridad, le hace más resistente frente a las dificultades y esfuerzos prolongados, y le ayuda a superar las adversidades.

La austeridad, la abnegación y la entrega forman parte consustancial del espíritu de sacrificio. Se alimenta del amor a la patria, la vocación y el compromiso, que llevan al militar a demandar los puestos de mayor riesgo y fatiga.

espiritu de servicio
Espiritu de servicio

Disposición permanente para anteponer siempre el bien común al propio, dando nuestra vida un sentido de compromiso desinteresado en beneficio de los demás.

El espíritu de servicio es uno de los componentes principales de la vocación militar, cuyo fin último es servir a España. En este sentido, todas las misiones encomendadas a un soldado o a una unidad militar se consideran “actos de servicio”, tanto en paz como en guerra.

Exige abnegación en el cumplimiento del deber y se manifiesta en una actitud de permanente disponibilidad y compromiso. Se ejerce sin esperar nada a cambio y la recompensa que se recibe es la satisfacción del deber cumplido.

excelencia profesional
La excelencia profesional

Saber ejercer la profesión de las armas y cumplir la misión asignada con eficacia y afán de superación. Implica poseer unos conocimientos actualizados y usarlos convenientemente en el momento oportuno, aprovechando todos los recursos disponibles.

El militar debe estar moral, física, intelectual y técnicamente preparado para ser eficiente en su trabajo, adaptándose a la evolución constante de la sociedad y del Ejército. La formación de un militar no acaba nunca; le exige mantener a lo largo de toda su vida el interés y el esfuerzo para mejorar.

El militar no puede ser conformista ni limitarse a cumplir lo preciso de su deber. Su propia iniciativa y afán de superación deben impulsarle a actualizar y perfeccionar sus conocimientos, destrezas y capacidades.

honor
El Honor

Sentimiento inspirado en la lealtad que nos lleva a demostrar una conducta coherente con los principios propios del Ejército y nos guía al más exacto cumplimiento del deber y a la excelencia profesional.

El honor es un valor esencial para el militar porque actúa como guía de su conducta y como motor que le impulsa a obrar siempre bien en el cumplimiento del deber. Implica la coherencia entre lo que se debe hacer y lo que se hace. Se reconoce, por tanto, en las obras, más que en las palabras.

Actuar con honor significa comportarse con rectitud en toda circunstancia, por encima de intereses y dificultades, con autenticidad y nobleza, demostrando una actitud ejemplar, sobre la que se cimentará el prestigio y la buena reputación.

El honor se basa y fundamenta en una conciencia bien formada, en la que se cultivan con esmero otros muchos valores como la integridad, la caballerosidad, la justicia, la honradez y el respeto a la dignidad propia y ajena..

lealtad
La lealtad

Fidelidad a los jefes, compañeros y subordinados, así como al cumplimiento del compromiso de honor contraído con la Patria y con la Institución Militar.

Lealtad supone respeto, sinceridad, apoyo en todo momento, cooperación, compañerismo y adhesión. El militar leal mantiene sus valores y sus obligaciones por encima de la conveniencia y de la adversidad.

La lealtad debe ser siempre recíproca y es la base de la unidad que caracteriza a la Institución militar y de la cohesión entre sus miembros. Surge como consecuencia de un sentimiento mutuo de confianza, respeto y conciencia de estar colaborando para alcanzar un objetivo común.

La lealtad obliga a quien la práctica a ser íntegro, a mostrarse sin dobleces, a no ocultar ni deformar la realidad, a hablar sin recelo a superiores y subordinados y a asesorar con honradez.

sentido del deber
El sentido del deber

Cualidad que impulsa al militar a obrar siempre bien y al más exacto cumplimiento de sus obligaciones, movido por su honor y su vocación de servicio.

El primer y más fundamental deber del militar es la disposición permanente para defender a España. Este deber se concreta en la Constitución española como norma fundamental del Estado, en las obligaciones y órdenes derivadas del cumplimiento de las misiones de las Fuerzas Armadas, de su condición de militar, y de las leyes penales y disciplinarias militares.

El sentido del deber va más allá de la mera obligación forzosa. Nace del espíritu militar, del amor al servicio y del compromiso personal con el Ejército y con todos los compatriotas, ejercido con responsabilidad y con iniciativa, haciendo de la misión o tarea encomendada algo propio, que debe cumplirse con perfección y hasta el final..

valor
El Valor

Acto de voluntad que lleva a afrontar racionalmente los riesgos y peligros derivados del cumplimiento del deber, superando el instinto de supervivencia.

El valor es inherente al militar, que debe estar preparado para exponerse y hacer frente a los peligros extremos del combate y de cualquier situación de riesgo físico o moral.

El militar tendrá presente que el valor es un principio al que nunca ha de faltar, aunque ello suponga sacrificios y aun la misma vida en el cumplimiento del deber. La valentía obliga a superar los riesgos, peligros y situaciones inesperadas, propias de la confrontación con el adversario.

 

 

 

 

Las Fuerzas Armadas españolas son una institución disciplinada, jerarquizada y unida, consagrada exclusivamente al servicio de España. Las Reales Ordenanzas constituyen el código ético de todos los militares españoles y contienen los valores fundamentales de nuestra institución.

El Ejército de Tierra, como parte integrante de las Fuerzas Armadas, es depositario de ese conjunto de valores, los conserva como herencia recibida de nuestros mayores, y los transmite y cultiva como el bien más preciado que poseen sus hombres y mujeres para vivir plenamente la profesión militar y para cumplir de forma ejemplar y eficaz sus misiones.

Consciente de que cultivar los valores supone en primer lugar conocerlos y saber llevarlos a la práctica, el Ejército de Tierra ha seleccionado y definido los valores que mejor pueden representar el espíritu militar de sus miembros, el estilo de sus unidades y su identidad como organización. Todos ellos están presentes en las Reales Ordenanzas, se refuerzan entre sí, y cada uno contiene otros muchos valores asociados.

Estos valores deben inspirar el comportamiento de los componentes del Ejército de Tierra en todas sus funciones y actividades; en todos los escenarios, desde la enseñanza al adiestramiento, desde la doctrina al apoyo técnico, desde la asistencia humanitaria al combate.

Nuestro Ejército forma parte de una sociedad sujeta a grandes y rápidos cambios de todo tipo. La evolución del contexto de seguridad nos lleva a nuevos escenarios para cumplir nuevas misiones, con nuevos procedimientos y organizaciones, y en esta situación de incertidumbre es necesario, aún más, mantener los valores del Ejército de Tierra.

Conocer y vivir los valores de nuestro Ejército nos ayudará a todos a cumplir eficaz y fielmente nuestro deber en cualquier situación, ofreciendo a España el servicio que en cada momento necesite.