Regimiento de Infantería 'América' 66, de Cazadores de Montaña

HACIENDO CIMA

MARCHA EN NIEVE

APROXIMACIÓN

Aún cuando las temperaturas en el conjunto de España empiezan a subir, anunciando la inminente llegada del verano, las montañas del Pirineo siguen cubiertas de nieve, tras un invierno particularmente severo que se ha prolongado durante una de las primaveras más frías de las últimas décadas. Las unidades de montaña han sacado el mayor partido de estas, para algunos, adversas condiciones meteorológicas para incrementar y perfeccionar su nivel de adiestramiento. Como el conjunto de las unidades de la Jefatura de Tropas de Montaña, el Batallón de Cazadores de Montaña II/66, encuadrado en el Regimiento “América” 66, ha llevado a cabo su instrucción específica de vida, movimiento y combate en montaña invernal.

Escenario con futuro.

La combinación de terreno escarpado y temperaturas extremas definen uno de los escenarios más exigentes para el desarrollo de operaciones militares y aquel en el que los avances tecnológicos han tenido un menor impacto. No es de extrañar que la insurgencia en escenarios como el de Afganistán, busque actuar en aquellos escenarios, en los que la superioridad tecnológica se vea especialmente limitada, haciendo que, al final, sea una lucha de voluntades y no de sofisticados materiales la que decida la victoria. En este sentido, la especial preparación y equipamiento, unida a las tradicionales cualidades del cazador de montaña, hacen de las modernas unidades de montaña una eficaz herramienta de combate, todo ello, además, sin tener que recurrir a costosos medios materiales.

Unidades con futuro: Polivalencia, sostenibilidad y eficiencia.

Gracias a la experiencia acumulada, a un equipamiento adecuado y a una instrucción y adiestramiento intenso y exigente en todo tipo de terreno y condiciones meteorológicas, lo que para la generalidad de las unidades supone un obstáculo insalvable, constituye un auténtico multiplicador de potencia para las unidades de montaña que hacen del ambiente hostil de la alta montaña, el mejor de los aliados.

Lejos de suponer limitación alguna, la especial preparación de las unidades de montaña les confiere una gran polivalencia, por unir a todas las características y capacidades de la Infantería Ligera, la posibilidad de actuar donde otros se ven detenidos. En otras palabras, “quien puede lo más, puede lo menos”.
Dado que su equipamiento específico es de bajo coste, unido al hecho de encontrarse desplegadas próximos tanto a  su marco natural de adiestramiento (El Pirineo) como a las mejores instalaciones para instrucción y adiestramiento, (CENAD San Gregorio), podemos concluir que junto a sus virtudes tradicionales, polivalencia, sostenibilidad y eficiencia, son hoy las señas de identidad de las modernas tropas de montaña.