Los integrantes de los Equipos de cooperación Cívico-militar(CIMIC) españoles en Kósovo se vuelcan en el empeño

En el verano del año 1999 las tropas españolas comenzaron su labor en Kósovo y desde entonces realizan con entusiasmo tareas para las que, en algunos casos, carecían de destreza. Aprendiendo de la propia experiencia están consiguiendo mantener el pabellón español en el lugar que le corresponde.

Si al principio fueron las patrullas, las protecciones de puntos patrimoniales y el control de la zona de responsabilidad la principal preocupación de las agrupaciones, enseguida comprendieron que se necesitaba complementar ese esfuerzo con programas de ayuda humanitaria, de cooperación con instituciones locales, de aportación de bagaje cultural necesarios para que pueblos que sufren la inquina de la guerra apaguen las llamas del odio. Para esta labor se proyectaron los Equipos CIMIC, volcados principalmente en las tareas anteriormente citadas y en todas aquellas encaminadas a crear un ambiente que facilite la necesaria integración interétnica y cree un entorno de seguridad y convivencia.

En esta línea de actuación, los equipos CIMIC españoles dirigidos por el comandante Manuel Cámara y por el capitán Juan Carlos Millón e integrados por entusiastas cuadros de mandos, están realizando distintas acciones que corroboran la implicación en esa tarea. Desde el comienzo de su estancia en tierras kosovares se inició el programa Cervantes, tendente a la difusión de la cultura española, que el fin de semana pasado se clausuró con una convivencia entre colegios albaneses y bosniacos en la base “España”. Durante la jornada cultural asistieron al emotivo acto de homenaje a los militares recientemente fallecidos en accidente aéreo, tuvo lugar una exposición de manualidades realizadas por los niños, exhibición del folclore de cada una de las etnias, paseo en vehículos militares y participaron en distintas actividades deportivas para finalizar con un almuerzo en el comedor de la base.

Cabe destacar dos iniciativas especialmente relevantes. La primera es una actuación de la agrupación española que ha propiciado la adquisición de una furgoneta de transporte escolar por parte del colegio “Legión española” de Suvo Grlo, financiada en parte con aportaciones voluntarias de los componentes de la agrupación, que permitirá a los niños de la minoría serbia de la zona desplazarse con total libertad al colegio. Este hecho, que a primera vista parece insignificante, supone un gran paso hacia la normalización de la convivencia pues, anteriormente, estos niños tenían que ser trasladados en vehículos militares y escoltados por las tropas españolas en sus desplazamientos.La segunda iniciativa que ese ha llevado a cabo es la entrega a los directores de los colegios de brazaletes reflectantes para escolares, donados generosamente por la compañía de seguros MAPFRE, que aumentará la seguridad vial de los muchos niños que se desplazan andando a sus centros escolares debido a la alta dispersión de la población en la opstina de Istok.

Otra de las actividades culturales es la Pupil workshop consistente en la creación de grupos de escolares entre once y quince años de diferentes comunidades que intercambian ideas en torno a una mesa redonda con la finalidad de favorecer el diálogo y la comunicación.

Se han organizado dos mercadillos multiétnicos, uno en la base española y otro en la localidad de Pec, donde los artesanos pudieron exponer y vender artículos típicos. Además, se está repartiendo ayuda humanitaria proveniente de diferentes instituciones y particulares españoles entre las familias más necesitadas.

Toda esta serie de actividades pone de manifiesto que es posible un futuro de paz y concordia en Kósovo y que los militares españoles desplazados a estas tierras seguirán esforzándose y aportando su granito de arena para facilitar la vuelta a la normalidad de estas gentes.