Los uniformes del Ejército han evolucionado a lo largo del tiempo. Hasta el siglo XVIII no hay un uniforme único para el ejército, sino que los soldados, en muchos casos, utilizaban su propia ropa.
Debido a esa evolución, a la existencia de distintos ejércitos —Ejército de Tierra, Ejército del Aire y la Armada—, y a distintas unidades que los forman, como Paracaidistas, UME o la Guardia Real, los uniformes del Ejército son muy diferentes en sus formas, colores, telas y complementos.
En las colecciones del Museo hay uniformes de cada unidad del Ejército de Tierra a lo largo de su historia. Además, hay piezas especiales como uniformes “a capricho” y hechos a medida como el uniforme de Diego de León o los uniformes para infantes.
Las condecoraciones también tienen formas diferentes, debido a que hay muchos tipos. Muchas de ellas son estrellas, cruces o medallones. Están hechas en metal, normalmente, hierro, cobre, plata, oro… aunque también pueden ser de tela.. Van prendidas a la ropa con pasadores o bien colgando de un collar o acompañadas de una banda de tela de distintos colores, que se pone sobre un hombro.
La condecoración militar más importante de todas es la Cruz Laureada de la Real y Militar Orden de San Fernando. Mientras que la condecoración civil más alta es la Real y Distinguida Orden de Carlos III.