El microscopio es de tipo óptico, es decir, que, a través de un sistema de lupas, permite ver con gran aumento detalles que, a simple vista, son inapreciables. De ahí que el Museo exponga, también, un estuche con un conjunto de lentes de distintos aumentos que forman conjunto con él.
Este aparato permitió a Santiago Ramón y Cajal llevar a cabo sus estudios sobre el sistema nervioso y las neuronas a finales del siglo XIX y principios de siglo XX. Ello inició el camino a la investigación en neurociencia y le convirtió en una figura muy importante en la historia de la Medicina.
Además del microscopio del capitán médico Ramón y Cajal, el Museo conserva una gran colección de instrumentos científicos y objetos tecnológicos. Algunas de estas piezas nos permiten ver la evolución de la sociedad en periodos pasados en los que no existía la luz eléctrica, el teléfono o la radio; hasta llegar a la sociedad que conocemos hoy, caracterizada por sistemas de información y comunicación en tiempo real como la televisión, internet, smarthphones, etc.
Hoy en día, la información es básica en nuestra vida diaria y gran parte de ella la recibidos a través de ordenadores, tablets y smarthpones. Sin embargo, antes de que se inventara Internet (en la década de 1980), la información era igual de valiosa pero se movía a través de medios diferentes y, básicamente, tardaba más en llegar.
¿Sabrías decir qué es esta pieza? Si has visto alguna vez una máquina de escribir te puede recordar a ella, ¿verdad? Esta pieza es mucho más compleja que un instrumento que sirve para escribir… Se trata de una máquina Enigma que permite codificar o encriptar mensajes para que su contenido solo se pueda leer si se tiene la clave para descifrarlo. Fue inventada en 1923 y se usó en conflictos como la Guerra Civil Española y, especialmente, la Segunda Guerra Mundial para enviar información importante o secreta.
El código de Enigma se consigue usando un conjunto de rotores que hacen que, al pulsar una de las teclas, por ejemplo, la “A”, se corresponda con otra letra del alfabeto, que será diferente cada vez que cambies el rotor. Las combinaciones de códigos son tan grandes que para poder descifrar los mensajes que se codificaban con Enigma fue necesario inventar otras máquinas que se convirtieron en los primeros computadores u ordenadores.