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Fin de Misión ISAF

El 31 de diciembre finalizó la operación Reconstrucción de Afganistán, como se ha denominado a la contribución española a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN, que se ha desarrollado durante casi trece años. Inmediatamente después, el 1 de enero, comenzó la nueva misión aliada en ese país, Resolute Support (Apoyo Decidido). A lo largo de 2014 se fueron culminando las transferencias de las responsabilidades de seguridad a las fuerzas afganas, mientras los países integrantes de la coalición replegaron progresivamente sus contingentes y ajustaron zonas, personal y equipos al diseño y reparto de tareas de la nueva misión.

En el caso de España, las labores de repliegue, iniciadas en 2013, prosiguieron el pasado año, en el que dejaron la base de apoyo avanzado de Herat el destacamento aéreo Mizar, la unidad de aviones no tripulados y un equipo de asesoramiento a la policía de fronteras afgana. Mientras tanto, se desplegó en la zona una unidad de refuerzo de protección de la fuerza, compuesta por una compañía del Ejército de Tierra con diversos capacitadores y equipos de vigilancia y control, la cual fue relevada a principios de diciembre por un grupo táctico, que asumirá la protección de la base de Camp Arena durante el proceso de repliegue a Kabul, según lo previsto en la primera fase de Resolute Support. «Probablemente, la misión de la ISAF ha sido la más exigente y complicada que han afrontado nuestras reciente », afirmó el Ministro de Defensa Sr. Morenés, quien consideró «plenamente cumplidos, dentro del realismo y de las posibilidades iniciales», los objetivos fundamentales de la operación.

El coste material para España de su participación en esta guerra ha sido de más de 3.500 millones de euros y el coste humano para las Fuerzas Armadas ha sido enorme: 100 militares han fallecido en Afganistán, incluyendo las 62 víctimas del accidente del Yak-42 en 2003.