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martes 2 de marzo de 2021

Número: 005

La Academia de Artillería en el Convento de San Francisco desde 1862

Patio de Orden año 1872

Patio de Orden año 1872

Puerta de DIa Sanz

Puerta de DIa Sanz

Clase de gimnasia

Clase de gimnasia

El 16 de mayo de 1764, por Orden de Carlos III, se inauguró el Real Colegio de Artillería en el Alcázar de Segovia, bajo la dirección del conde Gazola.

El 6 de marzo de 1862, se produce un incendio en el Alcázar y lo destruye prácticamente en su totalidad. Ante esta nefasta eventualidad, en la cual se perdieron la mayor parte de los enseres, armas, libros y documentos, se traslada a los alumnos al ex convento de San Francisco, el cual había sido entregado al Ayuntamiento de Segovia en 1836 por la desamortización de Mendizábal, y este a su vez se lo entregó al Ministerio de la Guerra.

El Ayuntamiento de Segovia acordó sufragar los gastos de edificación y ampliación de instalaciones que se necesitaban y así evitar que el Real Colegio de Artillería cambiase de localidad.

La llegada del Real Colegio de Artillería al convento de San Francisco trajo consigo la revitalización de la instalación a través de diferentes transformaciones que se llevaron a cabo por las necesidades que se iban planteando para adecuarse a las demandas que exigía la formación de los alumnos; ampliación de terrenos a través de adquisición de propiedades públicas y privadas, construcción de nuevos edificios y rehabilitaciones de los antiguos…

Las primeras actuaciones que se llevaron a cabo fueron la reparación y reforma de la fachada de Día Sanz. También se realizaron actuaciones a la zona colindante del Patio de las Acacias, lugar donde se centró la vida académica, con la instalación de laboratorios, clases y gabinetes.

Se realizó la anexión del cuartel de San Antón, que en su origen también fue convento, y algunas viviendas particulares para alojar la sección de tropa, la música, el ganado…

Asimismo se ubicó la biblioteca de la Academia, que tras el incendio del Alcázar, de los aproximadamente 11.000 volúmenes que había en ese momento, solo pudieron salvarse casi 300 ejemplares, aunque la mayoría de los que se perdieron se pudieron reponer gracias a donaciones y compras. En 1916 ya se habían igualado el número que había antes de la catástrofe.

Posteriormente se reformo la fachada de San Francisco. En 1884 finalizaron las obras de construcción del picadero cubierto, para la realización de las practicas de equitación de los alumnos, asignatura obligatoria, ya que en aquella época la Artillería contaba con numerosas unidades de artillería montada.

Pero las grandes obras se llevaron a cabo en el primer tercio del siglo XX: en 1916 se inició la construcción de un nuevo edificio con destino a internado de alumnos. Se construyó con un novedoso procedimiento, que permitió la construcción de un gran salón en su planta baja, actualmente el comedor de alumnos, sin necesidad de columnas, ya que las vigas colgaban mediante tirantes de los forjados laterales del piso superior. El acceso a las habitaciones se realizó a través de unas escaleras art-deco.

Asimismo el Patio Orden, antiguo claustro del convento, que se remonta su construcción al siglo XV por parte del maestro Juan Guas, se remodeló en varias ocasiones. En los años 20 del siglo pasado se comenzó a colocar las tres primeras lápidas de mármol con orla en la galería, como homenaje a los artilleros que habían dado su vida por España.