La Escuela de Guerra “motiva” a la Selección Nacional de Rugby

Un terreno de juego guarda muchas similitudes, salvando las distancias, con un campo de batalla, y en ese espacio, quienes mejor saben moverse son los militares. Quizá por ese motivo, la Selección Española Masculina de Rugby ha reclamado la ayuda del Ejército de Tierra para intentar mejorar sus resultados en la segunda vuelta del Campeonato de Europa que comienza este sábado, 11 de febrero, con el partido contra Georgia que se disputa en Madrid.

Los implicados en esta tarea son dos profesores de la Escuela de Guerra, expertos en liderazgo y motivación, que hace un mes comenzaron a trabajar con el cuerpo técnico del equipo. Su objetivo era proporcionarles "las herramientas que un jefe necesita para saber liderar personas", explica el teniente coronel Agustín Carreño, profesor de Liderazgo del departamento de Estrategia de la Escuela.

Tras este primer paso, ahora ha llegado el momento de comenzar a trabajar también con los jugadores. "Ellos tienen nivel técnico para ganar algunos partidos que pierden. La parte de mentalización es la que no funciona", asegura el teniente coronel José A. Cuevas, del departamento de Operaciones.

Ambos profesores han preparado un plan integral para intentar mejorar en el plano de la mentalización, en el que se incluyen charlas, dinámicas de grupo y acciones sobre el ambiente, que abarca desde el apartado de la prensa hasta la forma de decorar el vestuario. Todo enfocado a que los integrantes de la selección se conozcan mejor y eso les ayude a crear confianza entre ellos, una cuestión básica para crear "espíritu de equipo".

La Selección Nacional de Rugby en una de las clases (Foto:Ángel Manrique/DECET)

Resultados a medio/largo plazo

La programación del plan se ha hecho para los próximos cinco meses, coincidiendo con las concentraciones previas a cada partido. Todos son conscientes de que un cambio de actitud no se logra de un día para otro, pero también se muestran optimistas sobre los resultados que se pueden obtener.

El primero de ellos el entrenador del equipo, el francés Regis Sooner, que fue el impulsor de esta colaboración. Sabía que debía mejorar la cohesión entre sus jugadores, y buscando un referente, pensó en la labor de integración que se lleva a cabo con los contingentes que despliegan en las misiones internacionales. En Francia es bastante común que las Fuerzas Armadas colaboren con los equipos deportivos, por lo que se le ocurrió que el ejemplo podría extrapolarse a España. Dirigió una solicitud al Ejército que fue respondida positivamente.

Entre los jugadores, la acogida de la iniciativa ha sido muy positiva. Jesús Moreno, que juega de pilar en el equipo, considera que "puede dar buenos resultados", y el nuevo capitán, César Sempere, cree que la idea es "muy interesante", porque el rugby es un "deporte de combate". La primera batalla, este sábado.