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Militares y ciudadanos ejemplares

viernes 11 de septiembre de 2020

Nombre: 8088

En numerosas ocasiones, un militar del Ejército de Tierra —estando de servicio o no— es testigo de una emergencia y, sin dudarlo, actúa con rapidez para socorrer a la persona que está en peligro, sin importarle poner en riesgo su propia vida. Esto no es casual. La formación sanitaria y de primeros auxilios que los militares reciben en las unidades resulta clave en la mayoría de los casos. La instrucción y el adiestramiento hacen el resto.

Un ejemplo de ello lo encontramos en el sargento 1° Pesquera, destinado en el Regimiento de Artillería Antiaérea n° 74, quien reconocía el pasado mes de marzo, tras salvar a un niño en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), que todo salió bien gracias a los conocimientos adquiridos en el Ejército, en particular a “los cursos de primeros auxilios”.

En el mismo sentido, el soldado Agenjo, destinado en el Regimiento de Infantería “Inmemorial del Rey” n° 1, afirmaba en enero: “Actué tal y como me han enseñado”. En su caso, practicó la reanimación cardiopulmonar a un ciudadano estadounidense que se había desplomado en el aeropuerto “Adolfo Suárez” Madrid-Barajas.

En este tipo de situaciones, es muy importante la rapidez con la que se actúa, por lo que el modo de proceder debe estar perfectamente interiorizado, de tal forma que la respuesta ante una emergencia sea inmediata y casi automática. Un solo minuto puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte de la persona afectada.

“Nunca me había enfrentado a una situación de este tipo. No tienes tiempo de pensarlo, solo de actuar”, decía el teniente coronel Moro, destinado en la Comandancia General de Ceuta, después de salvar la vida en enero a un hombre que había dejado de respirar y cuyo corazón había dejado de latir. Mantener la calma es otra de las claves para poder ayudar a quien está en peligro.

En el caso de los accidentes de tráfico, especialmente, es fundamental seguir el protocolo PAS (Proteger, Avisar y Socorrer), que consiste en asegurar primero la zona, alertar después a los servicios de emergencia y, finalmente, prestar auxilio a las víctimas. Así lo hizo en julio una compañía del Regimiento de Infantería “América” nº 66 de Cazadores de Montaña, que se encontró con un accidente en la carretera, cerca de Pamplona.

Rescate en Melilla

Entre las muchas emergencias atendidas en lo que llevamos de año, un caso excepcional es el de la cabo 1° Navas, del Regimiento de Caballería “Alcántara” n° 10, quien en junio se encontraba con su familia en una playa de Melilla. Al ver a una madre y sus dos hijos —de 10 y 2 años— que se estaban ahogando en el mar, se lanzó dos veces al agua y, ella sola, consiguió poner a salvo a los tres, llevándolos hasta la orilla.

En no pocas ocasiones, la actuación de los componentes del Ejército de Tierra ha merecido el reconocimiento por parte de las autoridades. Por ejemplo, el jefe de la Guardia Civil en la zona de Extremadura agradeció su labor a los integrantes de una patrulla del Batallón de Zapadores de la Brigada “Extremadura” XI que, en mayo, ayudaron a detener a un hombre sobre el que pesaba una orden de busca y captura.

Pero, haya o no un reconocimiento expreso, los oficiales, suboficiales y militares de tropa que, en situaciones así, no dudan en actuar poniendo en práctica los conocimientos adquiridos en sus unidades, tienen siempre la íntima satisfacción del deber cumplido y ponen de manifiesto que los valores de la profesión militar son también, en la vida cotidiana, un ejemplo de ciudadanía.

 

Auxilio de militares en un accidente de tráfico

Auxilio de militares en un accidente de tráfico