ACADEMIA DE INFANTERIA

Alféreces españoles y franceses frente a la Academia de Infantería de Toledo.

Oficiales franceses y españoles durante un ejercicio con vehículos LMV Lince.

La instrucción realizada en el campo de maniobras “Álvarez de Sotomayor” de Almería por los cadetes de 5º curso de la Academia de Infantería fue muy rica tanto desde el punto de vista operacional como personal. El conjunto de oportunidades que nos ofrece el campo de Almería es considerable. Geográficamente, la zona es exigente e implica un esfuerzo físico que no creí que encontraría en la costa andaluza. Un clima que contrasta radicalmente con la humedad bretona, un paisaje que mezcla las llanuras, cotas, ramblas, y que obliga al oficial a tener en cuenta los imperativos que impone el terreno y a la tropa a adaptarse para cumplir la misión.

Esta semana ha permitido a la compañía a trabajar el conjunto de competencias inherentes al combatiente de infantería a nivel escuadra, pelotón, sección y compañía. La elaboración de órdenes (redacción de la Orden de Operaciones, realización de cajón de arena), el combate en zonas urbanizadas, sobre vehículos, los ejercicios de fuego real… en condiciones de fatiga para desarrollar la dureza de los futuros tenientes para permitir, todo lo posible, la capacidad de decisión en la incertidumbre.

Por otra parte, la colaboración con la Legión fue particularmente beneficiosa en la medida en la que se ha permitido a los alféreces interactuar con personal con el que no son familiares. Recibir una instrucción de jefe de vehículo, junto al hecho de tener bajo sus órdenes a personas profesionales, aguerridos y acostumbrados al combate les obliga a reforzar su posición de jefe. En efecto, mandar una unidad de la Legión implica una actitud y una presencia difícil de imitar cuando se dirige a sus propios compañeros.

En conclusión, esta semana ha permitido, en un lapso reducido, aportar una instrucción amplia y de calidad a este conjunto de futuros jefes de sección. Una geografía exigente, la colaboración con unas tropas prestigiosas, una enseñanza ecléctica, un ambiente sostenido que permite evolucionar fuera de su zona de confort… Esta experiencia fue instructiva tanto para los cadetes de la compañía “Gran Capitán” como para los oficiales franceses en prácticas, que han podido beneficiarse de estas enseñanzas técnicas y tácticas y, sobre todo, evolucionar en el seno de un ejército extranjero en un idioma poco familiar, pero en excelentes condiciones, gracias a la buena acogida de las tropas.

Alférez Kevin Sansenacq