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martes 28 de mayo de 2024

Número: 023

Con motivo del Día de las Fuerzas Armadas

La Comandancia Militar de Segovia recuerda a aquellos que ofrecieron su vida por España

Los alumnos de la Academia de Artillería depositaron una corona en cada una de las 18 orlas que se encuentran en las paredes del Patio de Orden

Acto a los caidos

Acto a los caidos

Comandante militar de Segovia presidiendo el acto

Comandante militar de Segovia presidiendo el acto

Homenaje a los que dieron su vida por España

3 Homenaje a los que dieron su vida por España

 Con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, el pasado 28 de mayo se llevó a cabo un emotivo homenaje a «los que dieron su vida por España», presidido por el comandante militar de Segovia, coronel director de la Academia de Artillería, Rafael de Felipe Barahona. Al acto también participaron los jefes de las distintas unidades militares con guarnición en Segovia, el subdelegado de Defensa en Segovia y el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia.

El acto se realizó en el claustro del antiguo convento de San Francisco, sede actual de la Academia de Artillería y conocido como Patio de Orden, patio de estilo plateresco, mandando construir hacia 1490, por Isabel la Católica y con la intervención en la dirección del conocido maestro Juan Guas. En él, la Academia de Artillería celebra múltiples actos castrenses: entrega de certificados, relevos de mando, primeras visitas de autoridades, aniversarios del egreso de las distintas promociones que se han formado en el centro segoviano; y habitualmente y presidido por el capitán de cuartel, los alumnos forman, tras las clases para la lectura de la orden.

 En las paredes del Patio de Orden hay 18 orlas en imitación de bronce, en las cuales figuran los nombres de los artilleros que se formaron en el Real Colegio de Artillería que han fallecido en cumplimiento del deber, tanto en campañas como en actos terroristas. Orlas que comenzaron a colocarse a principios del siglo XX; la primera con los caídos en la Guerra de la Independencia y encabezando la lista los heroicos Daoíz y Velarde. Y la última se colocó en septiembre de 1985, como homenaje y recuerdo a los fallecidos en el Sáhara y en actos terroristas.

El primer deber del militar, en el ejercicio de sus misiones, es la disposición permanente para defender a España, incluso con la entrega de su vida cuando fuera necesario. Así se establece en las reglas del comportamiento del militar que recoge el artículo 6 de la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas. Este sacrificio, merece el máximo reconocimiento de las Fuerzas Armadas y el de sus compañeros de la unidad donde el militar fallecido prestaba servicio en el momento de entregar su vida.

El acto es un sentido recuerdo a aquellos que, formando parte de los Ejércitos en todas las épocas y lugares ofrecieron su vida por España y es una muestra de gratitud y un motivo de estímulo y ejemplo para el resto de miembros de las Fuerzas Armadas. En el homenaje a los que caídos por la Patria se utilizan coronas de laurel, planta de hoja perenne, que simboliza la idea de permanencia, nuestros caídos alcanzarán la gloria eterna.

Bajo un ambiente de intensa emoción resonó en el Patio de Orden «la muerte no es el final» mientras los alumnos del centro segoviano depositaban una corona en cada una de las 18 orlas que se encuentran en las paredes del Patio de Orden y con la participación de los guiones portados por miembros de la Academia de la Academia de Artillería y de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia.  «Honor y gloria a los que mueren por la patria».

Lo demandó el honor y obedecieron,
los requirió el deber y lo acataron;
con su sangre la empresa rubricaron,
con su esfuerzo la Patria engrandecieron.
Fueron grandes y fuertes, porque fueron
fieles al juramento que empeñaron.
Por eso, como valientes lucharon,
y como héroes murieron.
Por la Patria morir fue su destino,
querer a España, su pasión eterna,
servir en los Ejércitos, su vocación y sino.
No quisieron servir a otra Bandera,
no quisieron andar otro camino,
no supieron vivir de otra manera.

No faltó el responso, pronunciado por Luis Miguel Muñoz Ríos, «pater» de la Academia de Artillería, ni el toque de oración, que resonó con fuerza en el Patio de Orden y los artilleros escucharon con sus armas sobre el hombro, como manda la tradición.

Y con el corazón en un puño y las gargantas forzadas de la emoción se entonó el himno de los artilleros, para finalizar con el desfile de la Unidad de Alumnos ante la autoridad que presidió el acto.