Regimiento Acorazado 'Alcázar de Toledo' 61

Miembros del RIAC. 61 en Torreciudad

Guión del Rgto. llegando a Torreciudad

Participantes RIAC. 61 en el transcurso de la prueba

El RIAC. 61 acepta un nuevo reto y con un puñado de voluntarios completa corriendo los 500 kms de la carrera más larga de Europa.
Durante 48 horas dejan sus Leopardos para finalmente llegar al Santuario de Torreciudad (Huesca), en una inolvidable aventura llena de pequeñas historias por las carreteras y pueblos de media España.
No se enfrentaron sólo a una dura carrera de 500 km, dieron un paso al frente ante una prueba de lealtad, compañerismo, sacrificio, disciplina y sobre todo de convivencia con sus compañeros de unidad, con otros corredores de todas las edades y con unos maravillosos organizadores que les dieron aliento en los momentos difíciles.
La carrera transcurre desde el colegio Tajamar en Madrid y sin hacer un alto en el camino se suceden los innumerables relevos de día y de noche, unas veces corriendo acompañados por niños de muchos colegios de los pueblos que atraviesan, otras acompañando a jóvenes deportistas del colegio Tajamar que nos demuestran que hay un esperanzador futuro de sacrificados jóvenes llenos de valores.
Era increíble ver los relevos en medio de la noche pasándose el testigo o como animaban a algunos pequeños que se les hacía un poco larga su carrera, sentir el ánimo de camioneros pitando a su paso, así como compartir la comida para rápidamente prepararse para continuar.
Finalmente la carrera llega al Santuario de Torreciudad, donde el cansancio acumulado, lo espectacular del lugar y la satisfacción por haberlo conseguido, les hace emocionarse más de lo que esperaban.
Orgullosos de lo que han hecho, de sus jefes y compañeros, de los chicos del colegio, de los organizadores y de la Virgen que les dio fuerzas para llegar hasta el final, ponen sus mentes en prepararse para cumplir al mismo nivel la próxima misión que se les encomiende.

"La satisfacción de haberlo logrado"
En su cuerpo hay la misma cantidad de músculos y por sus venas corre la misma cantidad de sangre.
Lo que les hace diferentes es su espíritu, la determinación por llegar a la cima.
Una cima que no se consigue superando a los demás, sino superándose a sí mismo.