La Exposición Permanente del Museo del Ejército se exhibe en el interior del Edificio Alcázar y se estructura en trece salas temáticas, en las que se exponen colecciones específicas y ocho salas de discurso histórico; en las que se presenta un recorrido cronológico por la Historia militar de España.
Las salas temáticas se encuentran situadas en el deambulatorio (Planta T2) y la planta sótano(Planta T1) mientras que las salas de discurso histórico ocupan la planta sexta (Planta H1)y séptima (Planta H2).
Todas las salas de exposición del museo cuentan con elementos de apoyo museográficos que ayudan al público a acercarse a las colecciones expuestas y a comprender el relato que se narra a través de su exhibición. Se trata de maquetas, manipulativos, escenografías, proyecciones, dioramas, audiovisuales, etc. Todos estos recursos se contextualizan en el desarrollo del discurso expositivo para facilitar su comprensión a los visitantes.
El actual Museo del Ejército es el resultado de la fusión, de los museos de los Cuerpos y Armas del Ejército de Tierra. Su origen se remonta a 1803, año en el que se creó el Real Museo Militar. A lo largo de más de doscientos años, los museos militares sufrieron cambios de sedes y titularidad hasta terminar reunidos en el Palacio del Buen Retiro de Madrid.
La sala de la Historia del Museo del Ejército, recrea algunos elementos que identificaron aquel Palacio: yeserías árabes, techos renacentistas y vidrieras del siglo XIX son el marco en el que exhiben las piezas que, en su día, formaron parte del discurso expositivo del Palacio del Buen Retiro.
La colección que se expone en esta sala se compone de uniformes completos, prendas sueltas, emblemas, distintivos y complementos. La historia del uniforme se encuentra representada tanto en prendas originales como en reproducciones históricas que permiten ver la evolución de la uniformidad desde el siglo XV hasta la actualidad.
De la época de los Austrias podemos contemplar las documentadas reproducciones de un Mosquetero del Tercio de Saboya o de un soldado de Caballería del trozo de Milán. En el siglo XVIII, la influencia francesa de la monarquía borbónica se institucionaliza en los primeros uniformes reglamentarios hasta que es sustituida por los de tipo inglés durante el reinado de Fernando VII. Aparecen así los uniformes de diario, de media gala, de gala, de verano, e incluso de gran gala, que tienen su representación en la sala. El color caqui de los uniformes de verano que aparece a principios del siglo XX, se generalizará manteniéndose hasta la actualidad.
Entre las piezas originales destacan las de militares del siglo XIX como la casaca del TGral. Francisco Espoz y Mina o el Uniforme de Brigadier del Mariscal de Campo de Joaquín Bouligny y Fonseca.
La armería de la Casa Ducal Medinaceli, formada en el siglo XVIII, fue legada al Museo del Ejército en 1957. Compuesta en su mayoría por piezas de los siglos XV, XVI y XVII, cuenta con un importante conjunto de medias armaduras de combate, petos y espaldares, carentes de ornamentación al ser armamento defensivo. Estos fondos contrastan con las armaduras de gala del III Duque de Feria y la armadura de justar a caballo del Duque de Alcalá de los Gazules, decoradas con esmero al ser piezas que expresan el lujo y prestigio social de sus nobles propietarios.
En la sala se exponen además piezas de artillería, banderas, estandartes, armas blancas y armas de fuego, destacando entre estas últimas los mosquetes de mecha del siglo XVI y XVII. La colección Medinaceli se completa con un conjunto de objetos de uso y artes decorativas como bastones de baile, esculturas e incluso la maqueta de un navío de noventa y dos cañones llamado el “San Rafael”.
Don Antonio Romero Ortiz, escritor, político y gran coleccionista de la segunda mitad del siglo XIX, formó en 1870 un pequeño museo que su sobrina, Josefa Sobrido, legó al Alcázar de Toledo en 1922. Este conjunto es una muestra destacada en la historia del coleccionismo español y se constituye en una colección con personalidad propia en el seno de nuestro museo.
En la sala se expone una estudiada selección de fondos de la variada colección que el Catálogo General de 1888 ya agrupaba en Armas, Objetos históricos, Objetos curiosos antiguos y de arte, Curiosidades de Historia Natural y Álbumes y Papeles en general. En la sala encontramos porcelanas, piezas de arte oriental y chino, armas africanas, uniformes, un magnífico ejemplar de armadura japonesa, álbumes y documentos relacionados con personajes históricos tan importantes como la Cédula Real de Felipe II fechada en 1554.
En la vitrina central, un gran medallero expone 140 piezas de las 1339 que forman la colección de medallas y que conmemoran diversos acontecimientos históricos desde el siglo XVI al XIX.
En esta sala se exhiben cámaras fotográficas pertenecientes al ejército español junto con un conjunto de fondos que muestran la evolución de las técnicas fotográficas desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX.
Retratos de personajes históricos, militares destacados y acontecimientos importantes de la Historia de España, quedan reflejados en los primeros reportajes fotográficos que se iniciaron en la segunda mitad del siglo XIX. En la sala encontramos obras pertenecientes a grandes fotógrafos como Adolphe Disdéri, Jean Laurent, Jose Ortiz Echagüe o Jalón Ángel, entre otros.
Las imágenes fotográficas se constituyen en importantes documentos históricos como atestiguan las fotografías de la Agencia BUFA, testimonio de la Primera Guerra Mundial; las de conflictos bélicos y coloniales en los que España intervino o el conjunto de fotografías de la Guerra Civil española.
El recorrido de esta pequeña sala termina con una selección de interesantes Cartes de visite y retratos de militares de principios del siglo XX.
La colección etnográfica se formó durante los siglos XIX y XX gracias al interés de algunos militares destinados en las posesiones españolas de Asia, América y África. Esta colección reúne objetos de valor antropológico y documental, testimonio de sus culturas de origen, destacando los pertenecientes a la cultura Filipina.
A través de la captura de armas, el intercambio o la compra de objetos, y posteriormente, a las donaciones de piezas propiedad de militares presentes en aquellos territorios, el Museo del Ejército pudo formar esta colección en la que encontramos expuestas en la sala desde armaduras japonesas, fotografías de época con tipos filipinos, ídolos, objetos ceremoniales, elementos de ajuar doméstico y armas exóticas pertenecientes a estas culturas.
En la sala se muestran recompensas o condecoraciones, militares y civiles, que han sido concedidas a miembros del ejército y personalidades de la vida social, desde comienzos del siglo XIX hasta la actualidad. Estas condecoraciones se conceden en reconocimiento de méritos o virtudes especiales, con carácter personal o colectivo.
En las vitrinas se exponen ejemplares de cruces, placas y bandas tanto de Órdenes de Mérito Civil como de Mérito Militar. La Orden de Carlos III y la Orden de Isabel la Católica, de carácter civil, se conceden por grandes méritos a la Nación, estando presentes en la sala ejemplares de gran valor documental y artístico.
De entre las Órdenes y Condecoraciones de Mérito Militar, la más importante es la Orden de San Fernando con su laureada individual y colectiva. Esta es la condecoración más preciada concedida al valor heroico cuando se ha puesto en riesgo la propia vida. La Sala exhibe, en la vitrina nº 5, condecoraciones laureadas concedidas en diferentes épocas siempre por demostrado valor al servicio de la Nación.
El museo cuenta con unas 40.000 figuras individuales, provenientes en su mayoría de donaciones de coleccionistas importantes y fabricantes. En la sala se exponen además figuras en formaciones militares y escenas de interés histórico en escenarios ambientados llamados dioramas.
La colección de miniaturas del Museo del Ejército está compuesta por figuras planas de láminas de estaño, figuras de semibulto con un determinado grosor y de bulto redondo, tridimensionales, en su mayoría de plomo.
En la sala se exponen también figuras de otros materiales como el plástico, la hojalata, la resina o la mezcla de serrín, resina y cola. Incluso la madera se utilizó para la elaboración de miniaturas como las pertenecientes a la Colección Tello que se exhiben en la vitrina 7. Un buen ejemplo del uso actual de estos materiales lo atestiguan los Premios Ejército en la categoría de Miniaturas que se conceden desde 1982 y de los que el museo expone, tanto figuras como dioramas, que han merecido este galardón.
El Museo del Ejército cuenta con unas 5000 piezas que constituyen una de las colecciones de armas de fuego más completas del mundo. Son fundamentalmente armas reglamentarias para uso de los ejércitos de todos los países del mundo. También están presentes las armas civiles, en su mayoría de lujo, que destacan tanto por su calidad técnica como por los materiales en los que están fabricadas.
En la Sala encontramos las primeras armas de fuego portátiles como las culebrinas de mano, arcabuces y mosquetes, testimonio de las primeras armas de ignición en las que se aprecia el uso de diferentes tipos de llave: de mecha, de rueda, de pedernal y a partir del siglo XIX, la inclusión del sistema de percusión.
Una importante diversidad de ejemplares sirve para comprender los sistemas de retrocarga, la repetición, el rayado de las ánimas, el paso de la pólvora a los cartuchos y los proyectiles metálicos. Finalmente también están presentes las armas de fuego semiautomáticas y automáticas.
La Colección cuenta con unos 4.300 fondos que son reflejo de la evolución de este tipo de armamento hasta la actualidad. Destacan en la sala el conjunto de espadas renacentistas y barrocas no reglamentarias con diferentes tipos de guarniciones; de pitones, de gavilanes, de lazo, de concha, de cazoleta así como las dagas de mano izquierda y de vela.
En el siglo XVIII se datan las primeras armas blancas reglamentarias. Realizadas muchas de ellas por espaderos toledanos y por la Real Fábrica de Armas de Toledo, fundada por Carlos III en 1761. Ésta hacia llegar al Real Museo Militar, y posteriormente, al Museo del Ejército creado en 1803, un ejemplar de cada arma producida. Gracias a ello, nuestro museo posee una de las colecciones más completas de armas reglamentarias de los siglos XIX y XX, de las que se expone una muestra significativa en esta sala.
El Museo del Ejército cuenta con una de las mejores y más completas colecciones de artillería del mundo. En la sala encontramos piezas datadas desde mediados del siglo XIV como los falconetes, ribadoquines y bombardas. En el siglo XVI aparecen los cañones de bronce mientras que a partir del siglo XVII, la Artillería de Ordenanza unificó los modelos de cañones.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX aparece el sistema de rayado y retrocarga así como el empleo del acero para la construcción de piezas con diversas clases de cierre.
En la Sala también se exhiben modelos y maquetas así como ametralladoras de los siglos XIX y XX.
La colección de Vexilia reúne unas 2500 piezas e incluye una destacada selección de banderas, banderines, estandartes, guiones y pendones que conserva el Museo del Ejército.
En la sala, una estudiada selección de piezas, permite seguir la evolución de la bandera española desde el siglo XVIII, partiendo de las banderas blancas, hasta las rojigualdas, declaradas oficiales desde 1843. Es reseñable la exposición de una representación de las banderas de la Guerra Civil, de ambos bandos, así como la bandera actual institucionalizada a partir del período democrático.
En la sala se exponen también premios otorgados a las banderas de las Unidades; corbatas, cruces, medallas e incluso lemas laudatorios por los servicios prestados.