Aunque numéricamente es importante, se trata de una colección muy desigual. Las primeras piezas, salvo los ejemplares nazarís y los ejemplares arqueológicos, la componen espadas civiles de los siglos XVI y XVII. El siglo XVIII está representado por espadines civiles, y especialmente por espadas de caballería reglamentarias. El siglo XIX es el mejor representado a través de ejemplares procedentes de la Guerra de Independencia, y un gran número de sables reglamentarios de muchos países.
Las armas de tipo civil también están presentes a través de cuchillos, almaradas, navajas, etc., así como reproducciones artísticas realizadas en los talleres de la antigua Fábrica de Armas de Toledo.
Otro conjunto muy interesante son los sables de honor pertenecientes a los militares más destacados del siglo XIX como Espartero, O´Donnell, Serrano, etc. realizados en materiales nobles por los mejores plateros y broncistas del momento.
Finalmente mencionar los numerosos ejemplos de armas blancas no occidentales. Donde una vez más destacan las procedentes de Filipinas, aunque también existen ejemplos chinos, japoneses, oriente próximo y Africa.