Brigada "Galicia" VII

Carrera de combate "Lanceros de Farnesio".

Carrera de combate "Lanceros de Farnesio".

Carrera de combate "Lanceros de Farnesio".

El pasado sábado 26 de Mayo se llevó a cabo la cuarta edición de la carrera de obstáculos denominada Carrera de Combate, por su ambientación y su entorno, y apellidada “Lanceros de Farnesio” por ser el Regimiento de Caballería “Farnesio”12 el organizador de la misma.

Más de quinientos “combatientes”, la inmensa mayoría de ellos civiles, tomaron la salida para enfrentarse a siete kilómetros de recorrido con un total de once obstáculos de diferentes características. Uno de los principales rasgos de esta carrera es la presencia de barro en la mayoría de las pruebas, especialmente presente en la zanja, la charca, la pista de combate y la prueba denominada “reptar bajo el acero”, en la que los participantes se deslizan por debajo de vehículos de combate, reptando como auténticos soldados.

Aunque la exigencia física de la prueba podría calificarse de moderada, puesto que el objetivo de la misma no es limitar la participación a competidores de élite, sino todo lo contrario, abrirlo a todo el público amigo de las Fuerzas Armadas, los “combatientes”, ya fuese en la modalidad individual o por binomios, no dejaron una gota de energía en el cuerpo, dándolo todo en cada salto y en cada obstáculo vertical.

La Carrera de Combate tiene vencedores y un clasificación final, como todas, pero no es lo que vienen buscando la mayoría de los participantes; en esta carrera se sacan a relucir valores militares como los que reza el decálogo de la BRILAT: fortaleza, valor, compañerismo, voluntad de vencer, lealtad…todos ellos muy ligados a la profesión militar, pero no tan identificados en la vida diaria de muchos de los que vinieron a “combatir” como auténticos “Lanceros de Farnesio” el sábado pasado.

Otro hito que hace diferente esta carrera y que ayuda a acercar a la población a nuestro entorno es la existencia de la Carrera de Combate infantil, donde los “minicombatientes”, niños y chavales de entre 7 y 12 años, pudieron sentirse como pequeños guerreros atravesando obstáculos similares a los de los mayores pero acordes a sus medidas, y por supuesto también con mucho barro, que estos sí que lo disfrutan de verdad.

El éxito de la prueba no es mesurable en cuanto a la participación, la cantidad de barro, el sudor desprendido o el tiempo invertido; lo que hizo que se considerase alcanzado el éxito fue observar los rostros de aquellos que cruzaban la meta, quienes mostraban uno de los sentimientos más militares que se pueden tener, la total satisfacción del deber cumplido.

Art.8 “Estaré siempre dispuesto y preparado para entrar en combate”