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Regimiento de Infantería 'América' 66, de Cazadores de Montaña

Armas del AMÉRICA 66

Novas

miércoles 13 de julio de 2016

Número: 096

16 de junio, Pirineo Oscense.

La montaña nos une.

Adquisición y mantenimiento de tres pilares fundamentales: experiencia, cohesión y disciplina.

Paso de las Clavijas de Soaso.

Paso de las Clavijas de Soaso. (Foto: RCZM 66)

Ascenso al Pico Marboré (3.248 m).

Ascenso al Pico Marboré (3.248 m). Foto: RCZM 66

Ascenso al Cilindro de Marboré 3328 m.

Ascenso al Cilindro de Marboré 3328 m. Foto: RCZM 66

El 16 de Junio la 1ª Compañía de Cazadores del BCZM ''Montejurra'' II/66, con una previsión meteorológica adversa, iniciaba movimiento para ascender al escenario que durante cuatro días iba a ser su campo de instrucción, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en el Pirineo Oscense. Sobre los hombros de los Cazadores, todo lo necesario para vivir, moverse y ser autosuficientes durante cuatro jornadas por encima de una altitud de 2200 metros.

El ejercicio se basó en la adquisición y mantenimiento de tres pilares: experiencia, cohesión y disciplina.

La responsabilidad de planear adecuadamente de cada escalón de mando, atendiendo no solo a las condiciones del terreno sino también a las cambiantes condiciones meteorológicas y al estado del personal. La evaluación de las situaciones de riesgo modificando lo planeado si fuera necesario. El aprendizaje y aplicación en el momento oportuno de los procedimientos especiales. El correcto uso y elección del material y equipo. La aplicación de las rutinas de mantenimiento personal y material. El compañerismo basado en la unión ante el sufrimiento, así como el guiado y las enseñanzas derivadas del contacto del personal menos cualificado con los más experimentados. Todos los anteriores aspectos han sido parte de los objetivos alcanzados.

A pesar de los cambios y restructuraciones actuales que influyen sobre la idiosincrasia de la Unidad, y sobre la base de años de sufrimiento, sacrificio y esfuerzo en la Montaña, ésta Compañía de Cazadores realizó el Ejercicio convencida que el dominio de las técnicas específicas de vida y movimiento en terreno montañoso ofrecen una elevada rentabilidad en otros ambientes (urbano, subterráneo, boscoso, desértico, invernal y de clima frio) y que las cualidades del Cazador de Montaña, fruto de la instrucción y adiestramiento en este escenario, le capacitan para desarrollar cualquier  misión que se le asigne y para afrontar las vicisitudes del combate con la máxima eficacia.

Asimismo, la situación geoestratégica actual demuestra que la amenaza asimétrica huirá del campo de batalla abierto y convencional en búsqueda de entornos complejos para aprovechar cualquier condición adversa, y como indican la experiencia de los últimos conflictos, las zonas montañosas estarán muy presentes en las operaciones militares del futuro. Por ello, los Cazadores del “América” lucharon una vez más para estar en las mejores condiciones de aliarse con el medio cuando sea necesario y así superar cualquier adversidad en la batalla.