Unidad Logística nº 24

 

El subteniente Lozano ingresó como marinero voluntario en octubre de 1981, iniciando una singladura profesional caracterizada por la vocación, la constancia y el compromiso con su Unidad, a la que ha pertenecido de forma ininterrumpida durante más de cuatro décadas.

 

Desde sus primeros pasos como cabo en 1982, hasta alcanzar el empleo de subteniente en 2016, su trayectoria ha estado jalonada de méritos. En 1985 superó con aprovechamiento el curso de sargento de la Escala de Mar en la Academia General Básica de Suboficiales de Talarn, y fue promovido a sargento en 1989, consolidando así una carrera de servicio ligada a la Compañía de Mar y a Melilla. Posteriormente, en 1991 se integra en la Escala de Suboficiales del ET.

 

En 1987, tras adaptación orgánica, la Compañía de Mar pasa a formar parte de la AALOG 24; no solo se adaptó perfectamente a la nueva orgánica, sino que se convirtió en un referente de continuidad y profesionalidad. Siendo distinguido con los títulos de Legionario de Honor, Regular de Honor, Artillero de Honor, Cazador de Alcántara de Honor y Zapador de Honor. Su dedicación se refleja en los méritos obtenidos: condecorado con la Cruz, Encomienda y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, tres Cruces al Mérito Militar con distintivo blanco, una Cruz al Mérito Naval, la medalla de la Operación Balmis y dos felicitaciones personales del General Jefe de la Fuerza Terrestre.

 

Además, ha demostrado una permanente vocación por la formación y la excelencia técnica, obteniendo los cursos de Patrón de embarcación militar y operador SIGLE de gestión SETRE.

 

Hoy, quienes han compartido con él travesías, maniobras, guardias y servicios, lo despiden con orgullo y gratitud. Su impronta quedará en todos los que hemos tenido el honor de servir con él y ya es parte de la historia reciente de esta Unidad, como el último marinero de la Escala de Mar, símbolo de una herencia que no se pierde, sino que se transforma.

 

Gracias, mi subteniente, por tu actitud ante el Servicio y por haber sido, durante cuarenta y cuatro años, la brújula y el timón de la Compañía de Mar de Melilla.

 

¡Buen viento y buena mar!