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Besando la Bandera

La mañana del domingo tuvo lugar en el corazón de la ciudad de la Alhambra, en la explanada frente al Palacio de congresos y exposiciones, la ceremonia mediante la cual 500 ciudadanos prestaron solemne juramento o promesa a la Bandera nacional, como compromiso de honradez, trabajo y generosidad, en un emocionante acto que se rubricó con el beso a las nobles enseñas traídas desde Toledo y Cáceres, pertenecientes respectivamente a la Academia de Infantería y al Centro de Formación de Tropa nº 1.

El acto fue organizado por el Mando de Adiestramiento y Doctrina con la inestimable colaboración del Ayuntamiento de Granada. Desde primeras horas de la mañana la ciudadanía empezó a concentrarse en los alrededores. El acto se inició a las 11:00 y tuvo una duración aproximada de 60 minutos. Estuvo presidido por el Teniente General Jefe del MADOC José Carrasco Gabaldón. Las gradas de la céntrica plaza granadina fueron completadas por los familiares de los que juraban Bandera y por el público en general que con su presencia y entusiasmo engalanaron el acto, al que acompañó un día espléndido.

La ceremonia se enmarcó dentro de los actos organizados con motivo de la semana de las Fuerzas Armadas y que coincide también con el XX aniversario de la creación del MADOC. La semana tiene por finalidad un mejor conocimiento de las Fuerzas Armadas para que los ciudadanos comprendan el compromiso con la seguridad y la paz de sus Ejércitos.

La fórmula del juramento fue pronunciada por el Secretario General del MADOC Ángel Atarés Ayuso. Las Unidades participantes fueron: una compañía de honores formada por alumnos de la Academia de Infantería de Toledo, la escuadra de gastadores y la Unidad de Música de la misma academia y las banderas de la Academia de Infantería y del Centro de Formación de Tropa n.º 1 de Cáceres.

La ceremonia concluyó con las palabras del Jefe del MADOC, el homenaje a los caídos y un desfile de las Unidades participantes.

En su discurso, el Teniente General puso de manifiesto lo que simboliza la bandera de España, tanto para los españoles de ayer, de hoy y de mañana. Glosó la entrega heroica de cuantos dieron su vida defendiéndola y mostró también la necesidad del compromiso de heroismo en la vida cotidiana de cada español: con su esfuerzo, honradez y virtud mostrados día a día en el desempeño de su profesión, cualquiera que ésta sea. Por último, hizo también mención al modo ejemplar como la ciudad de Granada hace ostentación de este símbolo nacional de todos los españoles, sin miedos ni complejos, en sus lugares más emblemáticos. Agradeció el gesto de los ciudadanos que adquirieron o renovaron su compromiso con España besando su bandera y los puso como ejemplo de lección moral para los alumnos en formación. Terminó su alocución con vivas al Rey, a España y a Granada que fueron contestados con emoción por todos los presentes en la explanada.

Los 500 ciudadanos que realizaron el juramento de la Bandera se situaron en formación formando dos bloques. Había gente de todas las edades y de todas las profesiones, granadinos la mayoría y también llegados de las provincias cercanas. Todos ellos tuvieron que remitir previamente y conforme está regulado una instancia previa al Ministro de Defensa para su admisión. En el cuadro de granadinos formados se sucedieron instantes de gran emoción donde no faltaron lágrimas entre nietos y abuelos formados codo con codo intentando guardar marcial compostura aún sin haber recibido instrucción militar ninguna, armados únicamente con la mejor voluntad. Especialmente intensos resultaron los momentos del toque de oración y la canción que le acompaña que entonaron juntos militares y ciudadanos hermanados esta mañana de primavera bajo la Bandera de todos.