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lunes 31 de marzo de 2025
Zenbakia: 009
La Academia de Artillería recupera una antigua tradición
Los alumnos de atillería reciben la bandera ‘mochila’ o de ‘percha’
Los miembros de las Fuerzas Armadas son herederos y depositarios de la tradición militar española
Los alféreces alumnos de 5º curso de la enseñanza militar de oficiales y los caballeros y damas alumnos de 1º curso de la enseñanza militar de suboficiales han recibido el pasado viernes 28 de marzo la bandera de ‘mochila’ o de ‘percha’.
La bandera ‘mochila’ o de ‘percha’ era aquella que, por Orden de 12 de diciembre de 1904, se fijó como prenda reglamentaria y se le entregaba como dotación a cada soldado para cubrir sus pertenencias y equipo y que éste colocaba en una especie de percha o repisa por encima del cabecero de su cama, en una época en que no existían taquillas o armarios.
Cuando los soldados iban a la guerra, se la llevaban en su mochila, se empleaba para señalizar la conquista de un objetivo o para señalar dónde había tropas españolas como señal de identificación para que la artillería, la aviación o las tropas de retaguardia propias no les confundieran en la distancia.
Si el soldado moría en campaña, y no podía ser repatriado, se le enterraba cubriendo su rostro con su propia bandera de España, como homenaje y facilitaba así su identificación como que son restos de un español, para poder ser trasladado posteriormente a un cementerio, tal como recoge la obra musical ‘las corsarias’ compuesta por Francisco Alonso en 1919, donde se incluye el pasodoble ‘Banderita’, ‘…El día en que yo me muera si estoy lejos de mi Patria sólo quiero que me cubran con la Bandera de España…’
Cuando un soldado se licenciaba, el soldado regresaba a casa con la bandera enrollada dentro de un ‘canuto’, se la quedaba como recuerdo de su vida militar y era costumbre que se colgara en alguna ventana o balcón de su casa, indicando así a sus vecinos que había cumplido con su obligación y había regresado.
La bandera de mochila tenía unas medidas de 60 x 80 cm o de 75 x 90 cm y tenía los colores de la bandera de España en sentido vertical, con el escudo de España o el de la Unidad ribeteado en negro, y con cordones en sus extremos para ser atada; se empleaba tela de mala calidad, por ello su fabricación era barata.
Empezó a ser parte de la dotación del soldado del Ejército expedicionario a África, pero con el fin de la guerra en 1927, la tradición fue perdiéndose hasta desaparecer con la llegada de la II República. Sin embargo, con el tercer llamamiento de 1997, el entonces coronel jefe del Regimiento Inmemorial del Rey nº 1 recuperó la tradición en su unidad. Posteriormente, el ejemplo se extendió a los Jefes de otras Unidades, y especialmente en aquellas que conformaban agrupaciones para intervenir en misiones internacionales.
Los miembros de las Fuerzas Armadas son herederos y depositarios de la tradición militar española, como así establece el artículo 21 del Real Decreto 96/2009 (Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas). La recuperación de la bandera de mochila es consecuencia de ello, pero ya sólo con una función identificativa y de recuerdo de pertenencia a una Unidad concreta