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El soldado herido en Afganistán llegó a España ayer

jueves 12 de julio de 2012

Zenbakia: 1778

Está previsto que sea operado hoy en el Hospital Central de la Defensa 'Gómez Ulla'

Llegada del herido a la Base Aérea de Torrejón 

Llegada del herido a la Base Aérea de Torrejón (Foto:Ángel Manrique / DECET)

 El jefe de la BRIPAC con el padre del soldado

El jefe de la BRIPAC con el padre del soldado (Foto:Ángel Manrique / DECET)

El caballero legionario paracaidista Javier Párraga, herido el 9 de julio en Afganistán, llegó ayer, a las tres de la tarde, a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Allí fue recibido por el jefe de la Brigada de Infantería Ligera Paracaidista "Almogávares" VI, general Juan Gómez de Salazar, y sus familiares. Está previsto que el militar sea operado hoy en el Hospital Central de la Defensa "Gómez Ulla" para extraerle la bala que permanece aún alojada en su cuerpo, ya que los médicos han preferido esperar a la recuperación del paciente tras el largo viaje para  proceder a la intervención.

El soldado Párraga, de 20 años de edad y natural de Mula (Murcia), resultó herido de bala en un ataque sufrido por  una patrulla que efectuaba un reconocimiento al noreste de Muqur, en la provincia de Badghis (Afganistán).

El soldado, perteneciente a la Bandera "Ortiz de Zárate", III de Paracaidistas, fue alcanzado en su glúteo izquierdo. El militar español fue evacuado inmediatamente en helicóptero al hospital ROLE 2 de Bala Murghab, donde se le intervino quirúrgicamente para proceder a la limpieza de la zona afectada.

El soldado español formaba parte de una patrulla conjunta de reconocimiento integrada por componentes del Ejército Nacional Afgano, y militares españoles de las tropas paracaidistas y de los Equipos Operativos de Mentorización y Enlace (OMLT).
Todos ellos realizaban una acción a cuatro kilómetros al noreste de Muqur para asegurar la libertad de movimientos en la ruta Opal, cuando fueron hostigados por hombres armados. Las tropas españolas y afganas se vieron obligadas a responder al fuego y a pedir el apoyo de una sección de la Fuerza de Reacción Rápida (QRF) del Ejército  español y del mando aéreo de la OTAN. La eficaz respuesta de las tropas afganas y aliadas al hostigamiento se saldó con varias bajas entre los insurgentes.