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General Asarta, ex jefe de FINUL: 'Ser jefe de la misión y comandante de la Fuerza te llena completamente'

jueves 2 de febrero de 2012

Zenbakia: 1391

Considera que las tropas españolas en el Líbano son un ejemplo en el que se miran otros contingentes

El general Alberto Asarta acaba de dejar el cargo de jefe de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), tras dos años al frente de esta misión. El balance que hace de este periodo, a nivel personal, es que ha sido una experiencia "extraordinaria". A nivel profesional, la responsabilidad y el mando que ha ejercido como jefe de la misión en una región difícil del mundo, le ha llenado completamente. "Tras mandar un contingente de 12.000 hombres de 36 países distintos, no puedo pedir más y estoy totalmente satisfecho de la responsabilidad que me han encomendado y de haber terminado bien la misión", añade.

El general en la entrevista realizada en el Cuartel General

El general en la entrevista realizada en el Cuartel General (Foto:Ángel Manrique/DECET)

Deja el mando justo en el momento en el que se está hablando de la revisión estratégica de esta misión, ¿qué va a suponer?

Lo que se pretende es ir transfiriendo tareas que ahora realiza FINUL a las Fuerzas Armadas libanesas (LAF), para que éstas puedan hacerse cargo de la seguridad al sur del río Litani, que es uno de los objetivos finales de la Resolución 1.701. Si vamos transfiriendo tareas, eso supone que necesitaremos menos gente. Lo que no se puede reducir de ninguna de las maneras son las capacidades. Hoy por hoy, la presencia de la FINUL allí es fundamental y necesaria, porque el Líbano e Israel, hasta ahora, lo único que tienen es un cese de hostilidades; mientras no lleguen a un cese permanente, FINUL tiene que estar allí y cuando éste llegue, seguirá estando allí pero mucho más reducida, nuestra misión podría ser sólo la de observadores.

¿Cómo puede influir la crisis en esa reducción de personal?

Esta es una misión que cuesta mucho esfuerzo, sobre todo a los países que se mantienen por sí mismos, como es el caso de Francia, Italia o España; para ellos es una misión costosa.

En el plano táctico y operacional, los objetivos están cumplidos. El cese de hostilidades está cumplido, sólo se producen pequeños incidentes que somos capaces de gestionar inmediatamente, pero en un lugar donde se realizan entre 10.000 y 12.000 actividades operativas al mes, es normal que se produzcan. Sin embargo, en el plano político no se ha avanzado nada, y eso hace que los países que aportan tropas se planteen su presencia allí, más aún en el contexto actual de crisis económica. Pero a todos les digo lo mismo: tenéis que seguir apoyando a FINUL y a las Fuerzas Armadas Libanesas.

Dice que sólo hay pequeños incidentes, pero en los últimos meses se han producido tres ataques importantes, contra tropas francesas e italianas, ¿a qué objetivo responden?

Si durante año y medio de mi mandato, y en el año y medio anterior, no ha habido ningún ataque, y los ataques se producen cuando el sur del país es la parte más tranquila del país y el Líbano es el país más en calma de Oriente Medio, es normal preguntarse  porqué ha sucedido, pero no me gusta especular, más cuando el asunto se está investigando. Lo que sí creo es que estos ataques son una señal, una forma de mandar un mensaje a los países occidentales, pero que no han conseguido nada, porque nosotros vamos a seguir cumpliendo nuestra misión, independientemente de lo que pase a nuestro alrededor.

¿Entonces es posible que haya nuevos atentados?

Antes de los ataques teníamos unas buenas medidas de seguridad, que a raíz de los mismos se han incrementado, pero la seguridad al cien por cien no existe.

¿Cómo puede influir lo que ocurre en los países del entorno, especialmente en Siria?

Lo que puede pasar después nadie lo puede decir. El Líbano es como un carro del que varios caballos tiran en diferentes direcciones, y alimentados por distintos agentes externos. Lo que yo creo que tiene que hacer el Líbano es, por un lado, mantener la unidad interna, y por otro, tener su propia agenda y no dejar que se la marquen otros.

¿La relación con las LAF es buena?

Uno de mis objetivos prioritarios era incrementar la colaboración y la coordinación con las LAF, crear confianza entre las partes.

Ahora la transparencia es total, ellos conocen nuestras operaciones y están todas coordinadas. En los sitios más sensibles y en las misiones y patrullas más complicadas, vamos siempre con ellos. Así, la propia población del sur del Líbano, que antes del año 2006 no habían visto desplegados al sur ni un solo soldado libanés, ven que el Ejército libanés está tomando la responsabilidad, y a la vez, para nosotros es más seguro.

¿Qué opinión le merece el trabajo de las tropas españolas allí?

Nuestros soldados son un ejemplo, que hacen bien las cosas con naturalidad y sin hacer ruido. A mí, el sector español no me ha dado más que satisfacciones y no me ha creado ni un solo problema;  los contingentes han cumplido sus misiones con respeto al mandato y siguiendo mis directrices y mis recomendaciones.

A nivel de soldados, han seguido la tónica que siguen en todas las operaciones en las que participan. Son un ejemplo y un modelo de cómo se deben cumplir las misiones: con seriedad, con naturalidad, con sentido común y con entrega.