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"En el baúl de los recuerdos", Entrevistas históricas del Boletín Tierra: Fernando Vizcaíno Casas

Friday, September 29, 2000

Number: 06

Escritor, abogado laboralista y periodista. Comenzó a escribir a los ocho años, en un tebeo que se llamaba "Juventud" y que vendía a su abuelo por 25 céntimos. A mediados de octubre publicará "Los Pasos Contados", libro autobiográfico.

 

«A una isla desierta me llevaría un bloc en blanco para escribir»

 

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Fernando Vizcaíno Casas, nacido en Valencia en 1926, se define como una persona decente. Ha desarrollado una intensa labor periodística y literaria de forma paralela a su actividad como abogado. Destaca su facilidad narrativa, su estilo claro y directo, y su espléndido sentido del humor. Es uno de los escritores más prestigiosos y leídos de España e Hispanoamérica. Su prolífica obra ha sido traducida a gran cantidad de idiomas, entre ellos el chino, e incluso se han realizado tesis doctorales sobre ella.

¿Qué recuerdos tiene de su infancia?

Recuerdos familiares excelentes, pero ambientales muy malos, ya que coincidió con la Guerra Civil. Era hijo de una familia de clase media burguesa, mi padre era comerciante y tenía una tienda, pero mi infancia fue muy poco sosegada debido a la guerra. Empecé bachillerato en Valencia, me hice abogado y posteriormente periodista.

¿Cómo fueron sus comienzos? porque usted creó su propia editorial para poder publicar...

Sí, los dos primeros libros los publiqué yo. No encontré editor para Contando los cuarenta, pero conocía una imprenta, me dieron unas condiciones buenas y busqué una distribuidora. Hice seis ediciones con mucho éxito y a partir de ese momento, me llamaron de la editorial Planeta.

Su primer best-seller fue Contando los Cuarenta, ¿escribe sobre temas que le interesan?

La creación de un libro es un tema bastante complejo porque depende de las circunstancias. A veces elijo un tema, otras miro a mi alrededor, veo cómo está este país, y escribo sobre temas peculiares.

Llama la atención el hecho de que la mayoría de sus libros hayan sido publicados por la editorial Planeta ...

Tengo una exclusiva con la editorial. Me la ofrecieron, me interesaron las condiciones y la he ido renovando. Es una editorial muy seria que distribuye muy bien; después de tantos años trabajando con ella es como mi casa.

 

«Escribir un libro supone

una gran responsabilidad personal»

 

¿Supone una carga, a la hora de escribir, saber que es uno de los escritores más leídos de nuestro país?

Una carga no, una responsabilidad, sí. Esto de los libros tiene el inconveniente de que en cada nueva obra te la estás jugando. Al escritor no le sirven de nada los anteceden tes; es más, el antecedente perjudica porque hace que la gente te exija mucho más.

¿Cuál es el libro que más le gusta de todos los que ha escrito? ¿con cuál se ha sentido más satisfecho?

Es difícil, porque si no me gustase alguno, no lo habría publicado. Cuando lo publicas, pasa como con los hijos, que cada uno tiene cosas buenas. Me gusta mucho Los imposibles sueños de un señor muy de derechas porque, en cierta medida, es un poco el resumen de toda mi mentalidad como escritor. Es la historia de tres generaciones.

En su novela Ecos de suciedad, ironiza sobre los famosos, ¿no cree que ha supuesto un cambio en cuanto a los temas sobre los que suele escribir?

Procuro escribir sobre temas actuales y ése es un tema actual y a mi modo de ver lamentable. Sentí la obligación de denunciar esos excesos. Me parece inmoral que a una persona le paguen millones de pesetas por contar que se ha acostado con un señor.

¿Qué le supone a un escritor como usted recibir un premio?

El mejor premio es el de los lectores. El saber que tienes un público muy fiel y adicto, ése es el mejor premio. Los premios son importantes, sobre todo cuando uno empieza, como estímulo, pero no creo demasiado en ellos.

¿Le gusta que le llamen míster best-seller?

No, porque las palabras en inglés no me gustan nada.

¿Se lo tomaría como símbolo de calidad o de número de ejemplares vendidos?

Es un símbolo de cantidad y no de calidad. Si el sufragio universal explica la voluntad de los pueblos, el sufragio de los lectores debe justificar la calidad de las obras. Yo no me lo creo, pero parece un argumento muy válido.

Es también un prestigioso abogado laboralista, ¿cómo se combina la abogacía con la literatura?

Escribir es compatible con todo porque no tienes ni obligación de horarios, ni de espacios. Escribes cuando quieres o cuando puedes, sin necesidad de someterte a un horario ni a una situación geográfica.

 

«El mejor premio que puede recibir

un escritor es el de los lectores»

 

¿Qué le llevó a especializarse en Derecho Laboral?

Me gustó mucho desde el principio. En enero va a hacer 50 años que estoy colegiado. En un principio era una actividad muy limitada, pero en la actualidad es una de las ramas del Derecho con más trabajo. Me interesa mucho por sus enormes implicaciones sociales, empresariales y de todo tipo.

¿Ha hecho el servicio militar?

Sí, claro. En Artilleros nº 2, en el Parque de Artillería de Valencia.

¿Qué recuerdos tiene?

Colosales, y lo digo en mi próximo libro. Fui voluntario porque no pude hacer la milicia universitaria, ya que no estudiaba carrera universitaria. Allí conocí esas "cosas tremendas" -comenta riendo- de las novatadas. Consistía en hacer la petaca a los compañeros, pero no era ninguna maldad. Conocí gente estupenda, muy sana, muy auténtica. Tengo un magnífico recuerdo de la mili.

¿Mantiene alguna amistad?

Yo no puedo ir casi nunca, pero mis compañeros se reúnen todos los años el día de Santa Bárbara. Cuando voy comemos juntos y nos decimos que estamos muy jóvenes y mentiras de ese tipo.

¿Qué le parece la incorporación de la mujer al Ejército?

Que la mujer trabaje igual que el hombre me parece maravilloso incluso en el Ejército.

 

«Me parece maravilloso que la

mujer trabaje igual que el hombre»

 

Controvertido por la crítica y celebrado por sus lectores, ¿no es una contradicción?

No, gracias a Dios es una realidad maravillosa. Lo prefiero a lo que suele ser lo habitual: elogiadísimos por la crítica y olvidados por los lectores.

¿Qué libro se llevaría a una isla desierta?

Ninguno o muchos. Me llevaría un bloc en blanco para escribir.

¿Qué le queda por hacer?

Muchísimas cosas, no me va a dar tiempo a hacerlas todas. Procuro vivir el presente lo más apasionadamente posible.