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Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales

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martes 25 de agosto de 2015

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El GMAM tras la meditada decisión da por finalizada la aventura a el Honbroc Peak (6459mts.) en memoria del comandante Yarto

El Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM) da por finalizada la expedición al Honbroc Peak

El 18 de julio el Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM) inicio una nueva aventura después de unos años sin grandes expediciones

Expedición

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Los 11 alpinistas partieron del aeropuerto de Madrid rumbo a Pakistán con una aproximación de 30 días para realizar dicha aventura en el Honbroc Peak. Esta expedición es el colofón al Programa de Alta Especialización de Alpinismo (PAEA) del Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM). Se seleccionó a un grupo de 11 militares para acometer la ascensión del pico Honbroc (6459mts) en la cordillera del Karakorum.

La finalidad del PAEA es la formación de una nueva generación de montañeros que dé continuidad al grupo, identificando nuevos retos y objetivos. Este programa ha tenido una duración de 3-4 años y esta expedición es el colofón del mismo. El objetivo era el Honbroc Peak, de 6459 mts. de altitud, que por su situación geográfica, morfología, dificultad y belleza, es una cima atractiva y que se ajustaba en gran medida a las capacidades del grupo de escaladores seleccionado, al mismo tiempo que a los objetivos temporales del GMAM. Además de todo ello, esta cima asiática se caracterizaba por no haber sido escalada por ningún ser humano hasta la fecha. La posibilidad de poner, una vez más, el nombre el Ejército español en los anales de la historia del montañismo, es lo que ha llevado finalmente a elegir este objetivo. La idea del GMAM es poner el nombre del comandante Fernando Yarto, antiguo responsable del GMAM y que falleció en acto de servicio en el año 2018.

Tras establecer su campo base a 4100m de altura los alpinistas comenzaron con sus reconocimientos de zona y aclimatación. Se turnaron en varios equipos alternos para tener continuidad en el trabajo.

En un segundo puesto avanzado a los pies de un imponente glaciar vertical y tras varios días esperando por la climatología, aprovechando las escasas ventanas de sol empezaron a portear todo el material. El primer equipo alcanzo la cota 4900m, a medida que fueron avanzando, al internarse en el "laberinto de Minos", la climatología, un terreno virgen e inexplorado y una rápida evaluación indica que todo estaba en muchas peores condiciones que dos días antes. Las grietas han aumentado su tamaño de manera considerable y el “estrecho” serac sobre el que obliga a franquear la ruta hoy ruge más de la cuenta. Cuesto imaginarlo si no se está sobre este fracturado glaciar, por mucho que te lo cuenten o veas increíbles fotos, pero el movimiento es palpable. En uno de esos crujidos, mientras se comienza a progresar desde el depósito, el desplazamiento se nota de tal manera que incluso la tienda de campaña se mueve y los pies vibran. La decisión de continuar o retroceder y buscar otro itinerario es difícil de tomar, pero la filosofía y objetivo principal marcado por el GMAM para la expedición no fue otro que volver todos sanos a casa, aún por encima de la cima, las montañas siguen ahí pero la vida humana es efímera y única los miembros de la expedición se reunieron para asimilar la decisión y volver a empezar de cero. Fue el momento de valorar otras alternativas.

Finalmente el el Honbroc dictó sentencia, la montaña siempre tiene la última palabra. Tras la meditada decisión de renunciar a cruzar su caótico glaciar, formado por 2 barreras de seracs, y tras evaluar otras alternativas de acceso teniendo en cuenta los pocos días que les quedaban disponibles, la cruda realidad se puso de manifiesto. La única opción en teoría viable paso por remontar otro glaciar al sureste de un pico de nombre para nosotros desconocido de 5589m que se une al Honbroc por la arista opuesta a la elegida originalmente, de condiciones considerables pero aparentemente mucho más amable que el anterior. Una vez decididos y con la motivación de nuevo en máximos ante la posibilidad de hacer otro intento, nos organizamos en tres cordadas de 3 alpinistas, equilibradas y complementarias. Preparamos el material, esta vez bastante ligero contando que vamos en estilo alpino y en terreno mixto técnico, para lo que cargamos con material de nieve/hielo/mixto y roca, friends, clavos y demás achiperres, material de vivac y comida para permanecer 5 días en la montaña. A unos 150m de desnivel del collado montaron el vivac, sobre los 5000m. Se trató de una pequeña morrena en un lateral del glaciar próximo a la enorme rimaya, derrumbamientos lejanos y permanentes, se sumaron precipitaciones constantes en forma de agua con unas temperaturas muy elevadas para la altitud en la que se encontraron. Mal augurio y peores noticias. “Consejo de guerra” matutino obligatorio, en el que no fue muy necesario discutir para tomar de nuevo la dolorosa decisión de abandonar el segundo y definitivo intento. Con estas condiciones quizás sea más probable acabar mal que bien, y sin premio. Y eso no entra en nuestros planes.

Desgraciadamente, no alcanzaron el pico Honbroc, y la asimilación del “fracaso” fue por dentro de cada uno como una procesión, pero tras tantos días en situaciones delicadas, gestionando el riesgo de una manera casi de manual, el enfermero no tuvo que curar ni siquiera un rasguño, lo que les quedo claro es que los objetivos más importantes marcados por el GMAM se cumplieron: “volvemos todos y sanos, volvemos más cohesionados, y nuestras Unidades de Montaña están técnicamente mucho mejor preparadas”. Solos, en un terreno virgen y sin apenas información. Aprendieron mucho, enfrentándonos a imponentes glaciares sin percances, con sus conocimientos, experiencia y formación. Ahora saben moverse mucho mejor en ese terreno y ambiente, son capaces de optimizar mejor su material, organizarse como equipo para acometer un objetivo de este calibre, conocen los pasos a seguir, que equipos de trabajo montar. Todo esto, no se perderá en el olvido, y serán   capaces de transmitir toda esta información y conocimientos para su aprovechamiento por parte de sus alumnos del próximo Curso de Montaña de la EMMOE y al resto de militares de nuestras Unidades de Montaña del Ejército de Tierra de nuestro país, España.