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miércoles 13 de noviembre de 2019
Texto no traducido 052
Solo un compañero
A las ocho de la mañana, seis infantes con su equipo cruzan a la carrera las calles de Santiago de Compostela, que aun está despertando, con la vista puesta en el cartel de meta de la prueba Tuy-Santiago que cuelga en la plaza del Obradoiro. Eso es lo que ven los madrugadores compostelanos. Pero no son solo eso, son seis compañeros. Seis ‘sicilianos’ con la cara desencajada pero la mirada viva propia del que ve el final del túnel. Los transeúntes no saben los 120 kilómetros de inmisericorde asfalto que llevan nuestros chicos en los pies, las 48 horas de vigilia, ni los días y noches de entrenamiento previo, ni conocen a los otros compañeros que se quedaron en casa sin poder competir. Igual no son conscientes, pero los componentes de esta patrulla son el claro ejemplo del valor, la firmeza y la constancia que reza su lema.
Solo ellos saben cuantas noches se juntaron con el regusto a madrugón en la boca, el cuerpo dolorido de la carrera de ayer y el recuerdo de las luces ocres de la ciudad que descansa ajena a la gesta de esos jóvenes. Horas siguiendo la luz que proyecta el frontal del Sargento. Horas y horas de constancia, con la fe ciega en que esa misma luz iluminará algún día los adoquines de la Plaza del Obradoiro.
Solo ellos saben cuantos compañeros se quedaron en Loyola habiendo entrenado lo mismo. Porque, quién se pasa meses entrenando para una prueba a la que sabe que puede no ir si ayuda al de al lado... Quién llega hecho trizas a la habitación después de correr 60 kilómetros y se preocupa de que coma apropiadamente el que puede ir por ti… Quién puede ser un pesado para que el compañero se recupere aun sabiendo que es mejor que él y si se recupera de la lesión irá por él… Quién va a tirar de ti en el momento de bajón cuando el que tira está igual o peor. Quién va a compartir contigo solo sufrimiento, extenuación, ampollas, cojeras, sueño y alucinaciones en pateadas interminables… Quién tiene el valor de echar todo eso al olvido o al vago recuerdo de unos pocos, por ti. Solo tus compañeros del Tercio Viejo de Sicilia.