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Regimiento de Infantería 'Principe' nº 3

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lunes 16 de julio de 2018

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El sitio de Castelnuovo

Situación de Castelnuovo en el Mediterráneo.

Situación de Castelnuovo en el Mediterráneo.

Barbarroja

Barbarroja

Castelnuovo

Castelnuovo

 

CONTEXTO HISTÓRICO

En el siglo XVI dos grandes potencias se disputaban la hegemonía en el Mediterráneo, el Imperio Otomano del sultán Solimán el Magnífico y la Santa Liga (Venecia, Papado y el Imperio) con el emperador Carlos V al frente.
 

Tras la toma a los turcos de la ciudad de Castelnuovo, actual Herceg Novi en la costa de la república de Montenegro, se estableció en ella una guarnición de unos 3500 soldados de los Tercios. Entre estas tropas, al mando del maestre de campo Francisco de Sarmiento se encontraban seis compañías del Tercio de Lombardía.

 

AISLADOS

Con la pérdida del dominio del mar por parte de la Santa Liga, Castelnuovo quedó aislada presentándose ante ella, al mando del mismísimo Barbarroja un ejército de 50.000 soldados, incluidos 4.000 de los temibles Jenízaros, las tropas de élite del Sultán, así como 200 galeras y naves de todo tipo. La suerte estaba echada pero si los turcos querían recuperar la ciudad tendrían que pagar un precio muy alto.

 

COMIENZA EL ASEDIO

Las primeras avanzadillas del poderoso ejército turco fueron rechazadas enérgicamente por las fuerzas españolas, pero ante la llegada del grueso de las tropas de Barbarroja, que desembarcó las tropas y artillería para comenzar el asedio de la ciudad el 18 de julio, los españoles se dedicaron a la fortificación y preparación.

Abandonados a su suerte, sin apenas provisiones, los 3.500 hombres de Sarmiento lejos de quedarse refugiados dentro de las murallas realizaron varias salidas para dificultar las obras de los sitiadores, ocasionado hasta 1000 bajas a los turcos.

 

“…QUE VINIESEN CUANDO QUISIEREN

Barbarroja, viendo la sangría de hombres que le costaba el asedio, ofreció una rendición más que honrosa a los españoles. Podrían salir con sus banderas y armas, y recibiría cada español 20 ducados. Así se lo trasmitieron a don Francisco Sarmiento de Mendoza que “consultó con todos sus Capitanes, y los Capitanes con sus Oficiales, y resolvieron que querían morir en servicio de Dios y de Su Majestad, y que viniesen cuando quisiesen...

 

LA ENCAMISADA

Tras el rechazo de la rendición, los turcos lanzaron potentes ataques tras intensos bombardeos, siendo siempre rechazados con miles de bajas. Los españoles les hacían frente con el mortífero fuego de sus arcabuceros y los cortes y estocadas de sus espadas.

Lejos de conformarse con mantener sus posiciones los españoles realizaron una encamisada contra el campamento enemigo. Armados únicamente con daga y espada y vistiendo camisa blanca para identificarse, los atacantes causaron el pánico entre los otomanos y provocaron hasta la retirada momentánea de Barbarroja a su nave.  

Recuperados de tan humillante derrota los otomanos concentraron el fuego de la artillería de asedio contra una de las fortalezas de la ciudad alta y sobre la débil muralla medieval que protegía la ciudad. Reducida la fortaleza a un puñado de escombros el 4 de agosto los turcos realizaron un asalto general con tal superioridad de medios que los españoles tuvieron que replegarse batiéndose.

 

EL FIN

Los españoles se encontraban exhaustos, luchando por el día y reparando las defensas por la noche, con pocos hombres ilesos y poca pólvora, pero aun así rechazaron nuevos asaltos los días 5 y 6 de agosto.

Al amanecer del 7 de agosto aún resistían 600 supervivientes y al frente su maestre de campo don Francisco Sarmiento, herido de gravedad. Ya nada se pudo hacer en una ciudad sin murallas salvo morir combatiendo. Sarmiento picó espuelas y se lanzó contra los turcos.

Al finalizar la jornada la ciudad estaba en manos de Barbarroja y los supervivientes apenas superaban los 200, casi todos ellos heridos. Habían causado casi 20.000 muertos a las tropas del Sultán.

 

 

 

Galería de imágenes del Ejército de Tierra

 

Cañón de asedio turco.