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Mali, el lado más humano

lunes 17 de febrero de 2020

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A lo largo del mes de noviembre, la Brigada “Rey Alfonso XIII”, II de la Legión tomó el relevo en Mali. Daban continuidad, como grueso del XV contingente español, a la Misión de Adiestramiento de la Unión Europea, y con ella a los proyectos que se venían desarrollando. Aunque la principal labor de los españoles es aportar la fuerza de protección e instruir a los soldados malienses, no se puede obviar el lado más humano de la misión, desarrollado por el equipo de Cooperación Cívico-Militar (CIMIC, en sus siglas en inglés).

 

Mali, el lado más humano

El contingente ha finalizado recientemente dos proyectos de impacto rápido, iniciados anteriormente, y que han consistido en un colegio en Feogun y un pozo de agua en Bafinkabougou, que se suman a otras iniciativas. El año 2019 ha dejado un balance final muy positivo, ya que se han desarrollado un total de 14 proyectos de impacto rápido, entre los que destacan la rehabilitación de colegios, mejoras en las instalaciones de varios centros de salud, compra de material de laboratorio para realizar analíticas de sangre, etc.

En la misión participa personal para el desarrollo de las labores CIMIC, repartido entre Bamako—donde está el Cuartel General y centro de gestión de los proyectos—y Koulikoro, donde se encuentra la Fuerza de Protección. Sin embargo, debido al auge de la actividad CIMIC en la zona, se ha reforzado por medio de un equipo que proviene del Regimiento de Operaciones de Información nº 1, cuyo objetivo es desempeñar las funciones más específicas relacionadas con los proyectos de impacto rápido. De esta forma, aportan más capacidades a la misión.

«El contacto es realmente afable y cercano. La población de las zonas rurales de los alrededores de Koulikoro se siente realmente agradecida con las acciones del contingente español en el área, lo que facilita enormemente nuestra labor», señala el capitán Paredes, que es el jefe del equipo CIMIC en Koulikoro.

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En este sentido, explica que el procedimiento a seguir, cuando se plantean nuevos proyectos, pasa por comunicarlo al oficial CIMIC de Bamako. Una vez aprobado, la Fuerza de Protección se encarga de su desarrollo hasta la inauguración. «Para asegurar la implicación de las autoridades locales con los proyectos, se realiza un seguimiento posterior a la finalización, con el fin de garantizar su mantenimiento y buen uso por parte de la población», explica el capitán.

Pero, ¿cuáles son las principales necesidades que tiene Mali y en las que centra sus esfuerzos la misión? Una de las fundamentales es el acceso al agua, lo que se solventa, por ejemplo, con la construcción de pozos. A este problema se suma el sanitario, y para el que se trabaja en la construcción de espacios de vacunación, letrinas para los centros sanitarios, equipamientos o mejoras en las construcciones ya realizadas.

Además de todo ello, se añade la baja alfabetización. Más de un 48% de la población de Mali es menor de 15 años, por lo que los proyectos educativos son fundamentales para paliar los efectos negativos de la baja escolarización.

 

Sin ir más lejos, cerca de la base de Koulikoro, donde se encuentra el grueso del contingente español, se construyó una escuela, finalizada en 2016, y que comienza a dar sus resultados, ya que acoge actualmente a más de 350 niños, de diferentes etnias y religiones, sin que exista ningún tipo de exclusión.

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Para la ejecución de estos proyectos se busca a empresas locales, que lo desarrollan, bajo supervisión del personal CIMIC de la Fuerza de Protección.

Y si la posibilidad de ir al colegio para algunos niños ha dejado de ser un sueño y se ha convertido en realidad, para los militares que viven la misión día a día supone una experiencia personal imborrable: «En esta zona del mundo el tiempo tiene otra medida y hace que te cerciores de lo poco que se necesita para ser feliz, y contribuye a valorar lo que se tiene, apreciando el presente y aprendiendo a disfrutar de él», declara el subteniente Vicente, jefe del equipo de refuerzo CIMIC.

Asimismo, el sargento 1º Amorín, auxiliar del equipo de refuerzo CIMIC, cuenta con más de ocho años de experiencia en este campo, así como tres misiones en el exterior, con lo que manifiesta que cada operación es diferente. «En el caso de Mali, la gente es muy propensa a colaborar», asiente. No obstante, mantiene que es fundamental tener un conocimiento cultural amplio sobre la zona en la que se va a trabajar, para evitar posibles malentendidos. «El personal del Regimiento de Operaciones de Información nº 1 realiza cursos de diferentes niveles para reforzar la capacidad de comunicación, asertividad, empatía y lenguaje no verbal», destaca.

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