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martes 11 de marzo de 2014

Nombre: 01

Reseña del Cañón situado en el Claustro de Capitanía.

Obús de Montaña 105/11 modelo 1919 en un lugar destacado en la galería del claustro del Establecimiento de Capitanía General, sede de la Jefatura del Mando de Adiestramiento y Doctrina (Granada)

Obús de Montaña 105/11 modelo 1919 en un lugar destacado en la galería del claustro del Establecimiento de Capitanía General, sede de la Jefatura del Mando de Adiestramiento y Doctrina (Granada)

Esta imagen, tomada en el norte de África muestra la flexibilidad de esta pieza, llevada a lo alto de la montaña con tracción de

Esta imagen, tomada en el norte de África muestra la flexibilidad de esta pieza, llevada a lo alto de la montaña con tracción de "sangre" como se decía antes.

En el claustro de Capitanía sede del MADOC bajo las arcadas renacentistas se encuentra un viejo cañón, ahora ornamental, sin otra función que la mantener el recuerdo de nuestra historia y técnica militar.
Corresponde a un Obús de Montaña Schneider 105/11. Es un modelo francés del año 1919 y que aportaba todas las lecciones aprendidas tras la primera guerra mundial, donde las batallas de Isonzo y Caporetto, entre tantas otras, habían dejado muy claras las necesidades tácticas relativas a la ligereza y movilidad de la artillería. Este obús de 747 kilos tenía un mejor control del retroceso y aportaba significativa mejora en las cargas de propulsión respecto a sus predecesores. Estaba diseñado para facilitar su despiece en siete cargas que facilitaban su transporte a lomos de mulos por los zigzagueantes caminos de montaña. Además de la munición, cada cañón exigía un largo convoy de bestias para acarrear el cañón, el manguito, la cuna, el eje y las ruedas, la cureña, el mástil y los escudos. Aunque desde la perspectiva de hoy en día aquella larga caravana puede parecer aparatosa, en su época constituyó una revolución en la flexibilidad artillera debido que hasta entonces para preparar un ataque había que transportar grandes cantidades de municiones, construir carreteras, líneas férreas, depósitos, teniendo que reunir muchísimo personal y material con lo que se eliminaba cualquier posibilidad de sorprender al enemigo ante semejante volumen de preparativos.
En el Ejército español el 105/11 fue declarado reglamentario en 1924 fabricándose bajo licencia francesa en Trubia y Sevilla. Las piezas mejor conservadas estuvieron de servicio hasta entrados los años sesenta, lo que nos da una idea de la robustez y versatilidad de la pieza. Este modelo venía a sustituir al cañón de montaña Schneider de 70/16, piezas conocidas como “Nicanoras” y cuyo escaso calibre resultaba poco efectivo en la guerra de África cuando la insurgencia mora aprendió a atrincherarse a la defensiva para mantener sus posiciones. El desarrollo de la munición explosiva, de fragmentación o incendiaria permitió utilizar estos proyectiles además de los consabidos de instrucción y de cargas especiales.
Las piezas de calibre 105/11 resultaron poco potentes, problema más atribuible a los proyectiles de 12 kg que a la pieza en sí, aunque resultaron muy efectivas por su fiabilidad, flexibilidad y dureza durante las campañas africanas a partir de su entrada en servicio en acciones de apoyo directo o acción de conjunto, no habiendo risco en el Rif o en la Yebala donde no llegaran sus fuegos acompañando estrechamente a la Infantería. A pesar de su alcance eficaz de unos 7745 metros, está voluntad de contacto inmediato hizo que muchas piezas tuvieron que abandonarse medio enterradas en el barrizal durante las durísimas jornadas de la retirada de Xauen en noviembre y diciembre de 1924, adquiriendo las piezas en seguida una veterana tracción de “sangre” como se decía en aquella época.
Durante la segunda república, en los tristes episodios de 1934, el obús se estrenó, tanto en Asturias como en Barcelona, en las confrontaciones entre españoles.
En julio de 1936 estaba en dotación en el Regimientos de Artillería de Montaña de guarnición en Barcelona y en Vitoria y en las Agrupaciones de Artillería de Ceuta y Melilla; así como en diferentes Parques y Fábricas. Durante la guerra civil estuvieron integradas en los dos bandos en la artillería divisionaria y en las respectivas Reservas Generales de Artillería. Fueron muy utilizados en la guerra y al terminar la contienda quedaban 188 obuses en servicio, pero debido al desgaste sufrido en sus cañones sólo pudieron ser útiles sus cureñas que volvieron a ser usadas por el cañón de montaña 75/22 modelo 1941.
El cañón se siguió fabricando y en sus 40 años de servicio convivió con el obús 105/26 R-43 tanto de fabricación alemana como de fabricación española y con el obús 105/26 M-101 adoptado como consecuencia de los acuerdos de cooperación España-USA de 1953, que terminaron remplazándolo.